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Después de tres años de discusión y consenso, es momento de que los trabajadores salgan a exigir el aumento al salario mínimo en México, opinó el secretario de Desarrollo Económico (Sedeco), Salomón Chertorivski Woldenberg.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario capitalino afirmó que los obreros no deben bajar la voz, pues las autoridades federales ya no tienen más pretexto para aumentar a 93.90 pesos diarios el salario mínimo. “Ya salgamos a exigir”, dijo.

¿Es necesario que los trabajadores hagan marchas?

Yo creo que es necesario que todos nos unamos, hay un consenso, hay cada vez más voces.

Lo que me genera optimismo es que ha sido una marcha larguísima de tres años, pero sí se van viendo pasos adelante. Yo quiero pensar que estamos en tercera base, a punto de que se anote una carrera, y que no dejara de haber pretextos en el futuro.

Durante los recorridos que hace por calles y mercados, ¿qué comentan las personas que ganan el salario mínimo?

Platicaba con mujeres mayores que trabajan en empresas de limpieza de servicios corporativos y cuentan historias de vida dolorosas, parte de lo que ganan se les va en el transporte, llegan con un poquito para comprar algo de alimento para sus hogares y la vida se va en eso.

En muchos de los casos, lo que necesitan son fuentes adicionales de trabajo, son gente que tiene dos o hasta tres trabajos, sacrificando con ello la posibilidad de tener cualquier tipo de convivencia con sus familias. Hay otros casos que son preocupantes, por ejemplo, meseros, gasolineros, que si bien es cierto que su ingreso aumenta con la propina, el día que se enferman no hay propinas y el día que se jubilan se van a jubilar con salario mínimo.

¿Cuál cree que sería el riesgo de no aumentar el salario mínimo en este momento?

En esta época, donde la inestabilidad puede ser externa, el fortalecer nuestro consumo interno tiene mucha lógica y virtud; por todos lados tendríamos que estar pensando en hacerlo, ya con una variable adicional.

Si mi memoria no me falla, en noviembre termina el proceso de liberalización de los precios de los combustibles, y yo podría apostar que podría haber un incremento. Es decir, si no lo hacemos ahorita y nos esperamos hasta diciembre, entonces ya no estaremos a 14 pesos de la canasta alimentaria, estaremos a 18 pesos. Cada día que pasa nos vamos alejando, cuando ya vimos que son puras virtudes, y al final de cuentas deberíamos de ver que estamos hablando de personas.

En virtud de que se logre el segundo aumento, ¿cada cuándo deberían ser los siguientes?

Yo creo que no hay una fecha específica. Tendríamos que ponernos una meta y decir: “En cinco años vamos a llegar a la línea de pobreza”. Así lo han hecho en otras partes del mundo como Washington y California (Estados Unidos), que trazaron un plan a 2020 para aumentar el salario mínimo.

La Comisión Nacional del Salario Mínimo debe hacer lo mismo, establecer un plazo y la gradualidad. Por su puesto que se va revisando, que se va modulando, dependiendo de cómo va la economía, cómo vamos creciendo, tal vez un año haya para dar un incremento todavía mayor, pero el tema es que ya tenemos que tener una meta para llegar.

¿Realmente confía en que habrá un aumento?

Seguiría habiendo gente que opine que sí o que no, nada más porque su ideología no les permite decir que no pasa nada, que al revés; pero es económicamente viable y conveniente.

¿Ideología priísta, panista?

Yo creo que hay en todas partes. Más bien hay un conservadurismo económico, que no permite ver que algunas de las variables que decidimos en nuestro modelo económico de finales de los 80, principios de los 90, han demostrado estar equivocadas y que si queremos corregir el rumbo del país tenemos que atrevernos a pensar que esas variables han fallado y debemos de verlo de forma diferente.

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