De 2011 a la fecha, el gobierno capitalino suspendió 80 centros de atención a adicciones, mejor conocidos como “granjas”, por quejas contra los derechos humanos.


María del Rosario Tapia, titular del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) detalló que las quejas eran por mala alimentación, maltrato verbal y físico, y malas condiciones de higiene.


Las denuncias provinieron de los ciudadanos, pacientes, y de la propia Comisión de Derechos Humanos capitalina.


La funcionaria afirmó que en este año el número de quejas disminuyó: “si antes llegaban seis quejas de derechos humanos al mes, ahora no me llega ninguna; si acaso una en cinco meses”.


No hay cura
La funcionaria explicó que no hay cura para aquellas personas con problemas de adicciones de sustancias nocivas.


El reto, dijo, es el seguimiento a aquellos individuos que ya han pasado un proceso de rehabilitación en los centros de atención.


“Alrededor del 50 ó 60 por ciento de las personas recae en el consumo de sustancias. Estamos trabajando en el seguimiento, que es una debilidad de todos los centros de atención de adicciones ya sean públicos o privados, es un reto”.


“Si pasaste dos años de resistencia, con algunas recaídas de algunos días, ya estás del otro lado; aunque nunca se puede hablar de una rehabilitación por completo”.

pmba

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