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150 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública rescataron a ocho presuntos delincuentes que se “atrincheraron” en una bodega del área de hortalizas de la Central de Abastos (Ceda), después de que supuestamente intentaron extorsionar y asaltar a un locatario del lugar.

Los empleados y comerciantes al darse cuenta de ésta situación, se fueron sobre los imputados, que se escondieron en el baño de la bodega. Cansados de la situación de inseguridad de la zona, 600 personas intentaron lincharlas, los golpearon y en su desesperación para no ser sometidos por la turba los propios delincuentes solicitaron el apoyo policial.

En cuestión de minutos llegaron agentes de la policía capitalina para evitar que los trabajadores de la Ceda hicieran justicia de propia mano, entraron y rescataron a los delincuentes. Estos fueron llevados bajo un fuerte dispositivo de seguridad a la agencia 50 de la procuraduría capitalina, donde serán vinculados a proceso por los delitos de robo y extorsión.

Esta acción provocó la inconformidad de los locatarios, quienes arremetieron contra los uniformados, arrojándoles todo tipo de verduras y legumbres, pues decían que sólo golpeándolos aprenderían la lección y no llevándoselos presos, al conocer el sistema judicial, sabían de antemano que posiblemente iban a estar detenidos unas cuántas horas y luego quedarían en libertad.

Explicaron también que posiblemente los detenidos —que a decir de los afectados, tienen más cómplices en la Ceda— podrían regresar y tomar represalias contra todos aquellos que los habían exhibido y golpeado, incluso pidieron garantizar que los detenidos irían a prisión, los oficiales dieron a conocer que los consignaran y debido a sus antecedentes no alcanzarían la libertad.

Los imputados, seis hombres y dos mujeres, fueron señalados también por quienes los querían lichar como los responsables de cobrar derecho de piso, delito que cometían en el momento que fueron sorprendidos. En la zona, desde mediados de 2016 se han registrado un incremento en el robo, tanto a bodegas, como a clientes que acuden al lugar.

La procuraduría local mantiene una investigación desde 2015, gracias a ésta detectó que hay dos bandas que se dedican al robo y a la extorsión, y una más a la prostitución. La disputa de todo el sector dejó durante el segundo semestre del año pasado siete muertos, por lo que se redobló la vigilancia en el lugar.

Aunque los asesinatos disminuyeron, los clientes y bodegueros continuaron quejándose con la autoridad por el llamado robo “hormiga”. El año pasado se difundieron imágenes diversas de cómo operaban los delincuentes para despojar de sus pertenencias a locatarios y visitantes.

Por su parte, la procuraduría capitalina dio a conocer que los imputados fueron consignados por los delitos de robo agravado calificado y robo a transeúntes, además de que fueron detenidos en flagrancia cuando robaban a dos locatarios.

Al estudiar sus expedientes, se dio a conocer que dos de los varones ya habían estado en prisión por el mismo delito y una de las mujeres, por el tráfico de estupefacientes.

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