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Los homicidios dolosos con tintes de ejecución van a la alza en la Ciudad de México. Durante el año pasado estos hechos violentos subieron 11% en comparación a 2015, reveló la organización Semáforo Delictivo en su informe mensual en el que además destacó que en septiembre de 2016 hubo 94 asesinatos y la cifra más alta se registró en diciembre, cuando 104 personas fueron ejecutadas.

En el documento se menciona también que las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc concentraron 50% de los asesinatos, convirtiéndose incluso en las más violentas de la zona centro del país. Tan solo en los primero 30 días de este año, en dichas demarcaciones se contabilizaron 17 homicidios dolosos.

Otro delito que también subió el año pasado fue el de robo a casa-habitación; en este sentido se mencionó que en 2016 hubo 6 mil 284 denuncias por robo a casa-habitación, de los cuales: 60% se registraron en Iztapalapa; 15%, en Gustavo A. Madero; 11%, en Benito Juárez; 10%, en Tlalpan; y 8% en Cuauhtémoc y Coyoacán, por igual.

A decir de especialistas en temas de seguridad, el que los homicidios dolosos, incluso de algunos con tintes de ejecuciones vinculadas al crimen organizado, se sigan registrando, es señal inequívoca de la presencia de células criminales aquí y que lamentablemente —ante la negativa de las autoridades locales de tomar en serio la problemática— va incrementando.

“Cada que tenemos la oportunidad en foros o en reuniones con las autoridades lo decimos, primero se debe de aceptar que hay un problema y con base en eso operar. Es más que evidente que hay pequeñas células criminales aquí que se disputan la venta de drogas y se debe de aceptar y atacar, de lo contrario sólo se dan palos de ciego”.

“Lamentablemente, el tratar de ocultarlo sólo nos arroja las cifras del año pasado y los incidentes se siguen registrando, como en este año, el problema es el mismo, quizá no se registren las grandes y escandalosas balaceras como en ciudades del norte del país, pero el operar es el mismo y ahí están las cifras de los homicidios dolosos”, comenta Moisés Pineda, criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

La otra problemática que también quedó en evidencia el año pasado son las múltiples armas de fuego que hay en la Ciudad, lo cual hasta el momento ni siquiera las autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene idea de cuántas hay en manos de ciudadanos y, lo peor, cuántas son utilizadas para los criminales.

El especialista explicó que la autoridad local no tiene un registro de los casquillos que se han encontrado, por lo que tampoco se sabe cuántas armas han participado en un sólo delito y con base en eso, poder rastrear a los agresores y tener la hipótesis del crimen.

“Las armas sin registró en la ciudad también son un problema. Hasta ahora los trabajos y el esfuerzo que se hace no basta, repito, se debe entender que hay si no quieren reconocer como carteles, sí células criminales que operan como tan y en todos lados trabajan igual, pero si no se acepta y ni se tiene la información para hacerle frente, pues al final de cuenta haremos el recuento de otro nuevo incremento”, puntualizó.

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