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Ante el incremento al precio de las gasolinas y el diesel, el Gobierno de la Ciudad de México, en conjunto con concesionarios, tiene previsto realizar un ajuste a las tarifas del transporte público. De inicio, el planteamiento de los transportistas es aumentar 30% el costo del pasaje.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Fernando Ruano, dirigente de las rutas 1 y 111, y Gabriel Narváez, del Corredor Concesionado Caseta Sur, coincidieron en que para hacer frente al aumento al diesel —principal combustible que utilizan sus unidades— se requiere de un aumento mínimo de 1.50 pesos al pasaje.

“Con 1.50 estaría rentable, desde luego hay muchos líderes y diferencias de opiniones. (…) Por mi parte estamos por apoyar al jefe de Gobierno y al secretario, pero tenemos el compromiso con los transportistas, que les pegó mucho el diesel”, aseguró Fernando Ruano.

Narváez indicó que el planteamiento será llevado a las mesas de trabajo que inician hoy con el secretario de Movilidad, Héctor Serrano, a fin de llegar a un acuerdo esta misma semana para que el ajuste tarifario se haga vigente a más tardar en la segunda quincena de enero.

“Con ello podríamos hacer frente al aumento al diesel; considero que 30% es lo más justo, porque con el aumento a la gasolina va a subir todo: llantas, refacciones. Para el día 15 debe haber algo, porque si no vamos a tener muchos problemas”, aseguró el líder del transporte público.

El dirigente del corredor concesionado detalló que el año pasado, al día se destinaban alrededor de 700 pesos por unidad para comprar diesel, con el aumento el gasto en combustible se incrementará en por lo menos 150 pesos; es decir, 850 pesos diarios.

Jesús Padilla, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), indicó que en su caso por cada 100 unidades de transporte público consumirán un millón de pesos más de diesel.

“Tenemos cuatro años sin aumento a la tarifa en la Ciudad de México, si a eso le sumas el tipo de cambio que encareció más de 30% el costo de las unidades, las tasas de interés que han aumentado casi 20% y con este incremento a los combustibles, prácticamente se compromete o se pone en riesgo no sólo la subsistencia de las empresas que ya están operando, sino el proceso de modernización del parque vehicular para la capital”, advirtió.

Padilla Zenteno puntualizó que en las mesas de trabajo con el Gobierno de la Ciudad de México se buscará que el aumento tarifario se haga por unanimidad. “Lo que no queremos es pedir aumento por aumento, estamos haciendo una evaluación del impacto que tiene en cada una de las empresas, porque los impactos son distintos de acuerdo con el número de usuarios, puestos de operación y edad de la flota”, agregó.

Sin subsidios. Mediante un comunicado, el secretario de Movilidad, Héctor Serrano Cortés, informó que el incremento aún no está definido, por lo que hasta el momento las tarifas del transporte público se mantienen sin cambios.

Destacó que se realizarán reuniones con los transportistas para definir las nuevas tarifas con las que se busca hacer frente al alza en el combustible, “pero sin lastimar más los bolsillos de los capitalinos”.

Serrano Cortés precisó que la Ciudad de México no se encuentra en posibilidades de considerar un subsidio al transporte concesionado, pues el presupuesto que recibió la capital del país para este año sufrió una reducción considerable.

El secretario agregó que el gobierno capitalino estará atento a los estímulos fiscales que el gobierno federal ha asegurado existirán.

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