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Gracias a un retrato hablado que proporcionaron los empleados de la taquería, donde apenas el pasado lunes en las inmediaciones de la colonia Narvarte surgió un nuevo “justiciero”, las autoridades de la procuraduría capitalina buscan a un posible guardaespaldas como el responsable de asesinar a dos delincuentes que pretendían robar el lugar donde comía el “justiciero”.

Además del retrato hablado, se cuenta con las señas particulares del vehículo, un Dodge Avenger blanco, del cual también ya se tienen las placas. Debido a esto y por la zona en la que ocurrió el crimen, no se descarta que el agresor —de quienes testigos no proporcionaron datos importantes que lleven a su captura— sea un guardaespaldas o policía que trabaja cerca del lugar.

Aunado a esto, se analizan las cámaras de vigilancia del sector para establecer las rutas de escape que uso para huir del lugar del incidente, aunque hasta el momento no se han obtenido imágenes claras de la fuga, no se descarta que en las siguientes horas se pueda identificar plenamente al responsable, al cual se le imputan dos asesinatos.

El argumento de la legítima defensa hasta el momento no se ha podido establecer, pues a pesar de que las dos víctimas intentaron robar el lugar no se ha determinado que la integridad física del “justiciero” estuviera en peligro, además de que los presuntos delincuentes tenían armas de juguete para cometer el atraco, cuando él sacó un arma calibre 9 milímetros y les disparó a corta distancia con alevosía y ventaja.

Testimonios de los comensales indicaron que después del doble homicidio y de observar como un tercer cómplice escapara a pie, con sangre fría el “justiciero” pagó su cuenta, pidió que no lo delataran para después abordar el auto que es buscado por las autoridades, sin resultados aún.

En tanto, los cuerpos ya fueron reclamados por sus familiares, son dos jóvenes de entre 30 a 35 años de edad. El primero ya cuenta con un ingreso al reclusorio por el delito de robo y violencia intrafamiliar, mientras que del segundo no se tienen mayores datos en su expediente criminal.

Las autoridades esperan incluso que el tercer cómplice se acerque a detallar lo sucedido. Sobre éste las autoridades no tienen investigación alguna, pues no se ha comprobado tampoco su participación; testigos refieren solamente que vieron cuando salió, aunque no participó en el amague se cree que fungía como “halcón” para alertar de la presencia de policías en la zona.

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