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Desde los años 80, la Zona Rosa pasó de ser una colonia habitacional a ser el lugar que alberga a la comunidad lésbico-gay de la Ciudad de México. Sin embargo, sus calles no han cambiado mucho, la demolición y reconstrucción de las arterias es continua.

En las fotografías que presenta EL UNIVERSAL en su sección dominical LA CIUDAD EN EL TIEMPO se visualiza que el suelo de la calle de Hamburgo es parejo y amplio.

Actualmente dicha arteria está hundida hacia sus costados. Además, no está uniforme, pues a lo largo también se alcanzan a ver los grandes hoyos, baches, desperfectos en banquetas y en las jardineras.

El follaje de los árboles oculta las lámparas, cables de luz cuelgan entre las calles, lo que anteriormente no pasaba en la calle Hamburgo, como lo muestran las imágenes.

De acuerdo con la página México Desconocido, la Zona Rosa establecida hacia 1898, posee mansiones de estilo ecléctico que reflejó el ambiente cosmopolita que se vivió en ella hacia 1910, pues era hogar de embajadores, empresarios y funcionarios extranjeros.

A fines de los años 40 del siglo XX, las casas porfirianas comenzaron a sufrir adaptaciones inapropiadas para convertirlas en comercios: cafés, tiendas de antigüedades, joyerías y artesanías. Para los 70 se asentaron librerías y galerías de arte. La construcción de hoteles en sus terrenos propició el carácter turístico y cosmopolita.

Ahora, la Zona Rosa es un sitio lleno de antros y bares que, de acuerdo con la Secretaría de Turismo local (Sectur), “ofrece opciones para el turismo familiar o de negocios y, durante la noche se convierte en lugar para todas las escalas del entretenimiento”.

Diana Alvarado, de 68 años, ha vivido toda su vida en Zona Rosa, la calle de Londres la vio crecer.

Afirma que desde pequeña salía a las calles a jugar con sus amigos y, recuerda con claridad, el problema de la apertura de banquetas y calles siempre ha estado vigente.

“Recuerdo que hubo un tiempo, hace unos 20 ó 30 años, que repararon todo completito, estaba bien, las calles se veían muy bonitas con árboles y arbustos, luego pasaron unos años y empezó esta situación de que las abrían y cerraban y pues ahorita, vea cómo están, deplorables”.

Desde que la CFE decidió intervenir el cableado eléctrico de la zona, las calles como Hamburgo y Londres continúan con desperfectos, una semana están bien, a la siguiente son abiertas, luego son reparadas, pero las huellas se quedan, mencionó.

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