david.fuentes@eluniversal.com.mx

Desde su apertura hace poco más de cuatro años en el corazón de la Condesa, el Bar Dussel se convirtió en el centro de operaciones de la criminalidad organizada en esta zona, según han denunciado en el anonimato por temor a represalias, los restauranteros vecinos y un informe de la Policía Federal compartido con la Procuraduría capitalina que hasta el momento no ha hecho nada para clausurarlo.

El trabajo de inteligencia detalla que en este lugar, unos tres meses de su apertura, los comercios locales empezaron a pagar el derecho de piso, denunciaron que el propietario y el encargado del lugar había fiestas hasta largas horas de la madrugada y que además se paseaban con armas largas sobre la calle Saltillo.

La información y las denuncias, a pesar que se entregaron videos de cámaras de vigilancia, fue desestimada por la Procuraduría capitalina. En los últimos dos años el Bar Dussel ha sido escenario de ataques armados, además de que es de todos conocidos que ahí, a cualquier lugar se puede conseguir todo tipo de droga, por lo que es el preferido de los jóvenes que visitan la llamada “Zona Rosa”.

Apenas en enero pasado, el propietario sobrevivir a un atentado directo en su contra. Para lograrlo, uso de escudos a un mesero y a un vallet parking, él solo recibió un rozó en la cara. En este lugar, la semana pasada se registró una balacera con saldo de un muerto, a pesar de eso, este fin de semana, según vecinos, el lugar siguió operando como si nada pasara.

El reporte detalla que también era frecuente que personas cercanas a los líderes del cartel La Unión de Tepito eran clientes asiduos del lugar, incluso, de las fotografías mas recientes de “El Betito”, único líder visible de esta organización criminal, fue captada saliendo de ese lugar donde se le ve más delgado y con una apariencia diferente a la que tienen las autoridades capitalinas.

La red de los que dirigen el Dussell incluyen meseros, los viene-viene que operan en las noches y vallet parking, quienes según dos denuncias que ya investiga la policía local, usan los vehículos de los comensales para “mover” pequeñas cantidades de droga de un punto a otro. El último hecho registrado de este modus operandi de se dio en agosto pasado, unos amigos que apenas iban saliendo de la Condesa, fueron alcanzados por sujetos armados quienes le pidieron revisar su vehículo.

Según detallan los afectados, de inmediato pidieron abrir la cajuela de donde sacaron varios paquetes y después ofrecieron disculpas y les pidieron incluso, olvidar el incidente para “evitar problemas” y así como llegaron se retiraron.

Los vecinos de este lugar han mantenido silencio sobre lo que sucede, al tiempo que los restauranteros prefieren omitir la inseguridad del sector bajo el argumento que la mala imagen dañaría la clientela y el comercio de la zona.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses