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Ex funcionarios federales y locales aseguraron que hubo errores y negligencia médica durante el proceso de anestesia que ocasionó la muerte del gorila Bantú en el zoológico de Chapultepec.

El ex subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Raúl Arriaga Becerra, quien cuenta con experiencia en el traslado de fauna silvestre, aseguró que una de las posibles causas de la muerte de Bantú fue por incumplir “con rigor el protocolo de traslado”.

La decisión de sacarlo, considera, fue “el primer error”, más cuando el primate era el único macho de su especie endémica de las tierras bajas occidentales. “Cedarlo ya implicaba un riesgo”, añade.

Todavía no salía del zoológico de Chapultepec cuando Bantú murió el miércoles por la noche a causa de un paro cardiorrespiratorio dentro de una camioneta.

Respecto a su muerte antes de viajar, Arriaga dijo que “ahí sí hubo un error terrible, si apenas iba a salir, el análisis de condición de salud del animal antes del traslado es el que determina si lo mueves o no. Hay protocolos y la dirección de vida silvestre de la Semarnat regula estos movimientos”, señala.

“Hablando como biólogo, se percibe de los resultados que evidentemente hay errores en el manejo porque para traslados tan largos y para estas condiciones se requiere un acondicionamiento en su fisiología, que se relaje, un control veterinario estricto, disponer de todos los medicamentos para cualquier contingencia”, añadió Arriaga Becerra, también titular del Colegio de Biólogos A.C.

Expertos presumen negligencia médica en muerte de 'Bantú'
Expertos presumen negligencia médica en muerte de 'Bantú'

El especialista dijo además que se deben verificar las condiciones de salud, si no son buenas debes evitarlo. “Los primates se estresan fácilmente y el estrés puede ocasionar hasta un infarto, y si ya sabes que puede producirse una condición de infarto, debes estar preparado para atenderla”.

Para la ex directora del zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyos, hubo “negligencia total” en la muerte de Bantú.

Sostuvo que las autoridades deben explicar cómo es que un animal diurno fue trasladado durante la noche a Guadalajara.

“¿Cómo te explicas que había veinte médicos alrededor del animal? ¡Eso es lo más nefasto que puedes encontrar cuando vas a mover a un animal que estaba acostumbrado a ver tres o cuatro personas máximo a su alrededor!”.

“Tenemos que saber qué pasó, cómo están sus adrenales para saber el grado de estrés que tuvo el animal”.

En ese sentido dijo que la necropsia del animal debe ser hecha por un laboratorio externo, pues los médicos del zoológico no pueden ser juez y parte.

Criticó que la noticia oficial del fallecimiento de Bantú se haya dado a conocer catorce horas después de la muerte.

Incluso dijo que no hay información en la que se explique si hubo estudios previos y quién los llevó a cabo.

La titular de la organización Gente por la Defensa Animal (Gepda), Mónica Pineda, destaca que por la poca información no se puede adelantar ningún hecho; sin embargo, “preocupa mucho saber si la aplicación de la anestesia fue la correcta, la dosis correcta, el manejo que dieron; sabemos que pudieron ser otras razones como el estado en que se encontraba, tomando en cuenta que el cautiverio es cruel contra cualquier ejemplar silvestre”.

“Aunque dicen que el veterinario que lo atendió era muy bueno, pudo ser una sobredosis o a veces reaccionan mal al anestésico y murió en el traslado. La pregunta es: ¿por qué moverlo para reproducción?”, señala un funcionario de la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (Profepa) que solicitó el anonimato por su cargo.

Poco cuidado. “El área de los orangutanes estaba empobrecido, el del gorila estaba bastante mejor, pero tampoco estaba magnífico”, indica Melissa Trouyet, presidenta de la organización Defensoría Animal A. C.

Refiere que no hay comida suficiente para todos los ejemplares, como algunas basadas en pescado fresco. “No se vale tener a los animales mal y que sea gratis. No hay suficiente dinero para mantener a los ejemplares”, remata.

Funcionarios ambientales que pidieron anonimato señalan incluso que trabajadores sindicalizados hurtan alimentos de los animales.

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