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Como tradicionalmente sucede, este 24 de julio poco más de 70 mil peregrinos de las diversas diócesis de Querétaro abarrotaron la Basílica de Guadalupe. Los casi 17 días caminando bajo el intenso sol no hicieron sucumbir a los feligreses, quienes nuevamente mostraron su fe. Le adjudicaron la fuerza para lograr esto a la Señora del Tepeyac, ya que después de la travesía las ampollas, los raspones y rozaduras hicieron mella en los cuerpos más añejos.

El primer contingente llegó en punto de las 6:00 horas, fueron 3 mil ciclistas quienes pedalearon, algunos sin parara durante todo el recorrido de más de 271 kilómetros, después arribaron 20 mil mujeres que también hicieron el recorrido a pie. El obispo Faustino Armendáriz, quien a las 9:00 horas oficio una misa para todas ellas, señaló que “son un ejemplo de fe, nunca han faltado y lo más gratificante es que en cada peregrinación hay más de ustedes”, dijo ante las files lo que arrancó miles de aplausos.

El contingente más grande llegó a las 13:30 horas, fueron más de 40 mil hombres que caminaron 17 días para lograr el objetivo: venerar a la santa madre y pagar por los milagros otorgados durante un año, al que calificaron de complicado. “Gracias madre mía, gracias… por ti sigo vivo un año más, por ti voy a seguir vivo y mientras me des vida, voy a seguir peregrinando”, gritaba con lágrimas en los ojos don Timoteo, quien aseguró que este año gracias a la Virgen de Guadalupe se curó de cáncer.

La verbena contagio a visitantes a la villa, quienes se sorprendieron del contingente de queretanos que acudieron al lugar, para las 18:00 horas, según cifras oficiales del recinto, había 120 mil almas que ya habían pasado por la imagen, “esto es algo indescriptible, la verdad a mi no me había tocado ver tanta fe y devoción, nunca pensé el fervor de esta gente, de verdad que se siente el espíritu aquí”, comento Joaquín Garza, quien llegó de visita a la Ciudad de México y se llevó a su familia al recinto religioso.

De entre los peregrinos, todos le rendían tributo a doña Teofila Trijillo, quien a sus 88 años, camino nueve días para cumplir una manda que hizo hace más de 70 años, asegura que mientras la Virgen le dé fuerza y vitalidad, ella seguirá haciendo el recorrido a pie.

“Voy a seguir viniendo hasta que ella quiera, yo no me canso ni nada de eso, nomás salgo con mis compañeros de la diócesis y me encomiendo a ella, si ella quiere llego, si ella quiere me lleva con ella, si ella dice no, pues no salgo, no la cuestiono ni nada, mi vida le pertenece”, narra la mujer, quien ahora se enorgullece en presumir que sus tataranietos siguen la tradición de la peregrinación.

Estos caminantes queretanos, son la más grande procesión que año con año recibe la Basílica de Guadalupe. Al final del día, los encargados de Protección Civil reportaron solamente que 15 personas presentaron signos de insolación, otras cinco fueron atendidos por las ampollas en los pies, pero nada de consecuencia.

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