Diputado pide a la Iglesia no fomentar la homofobia

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El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, Luciano Jimeno Huanosta, llamó a la Arquidiócesis Primada de México a dejar de sembrar y fomentar la homofobia, ya que el odio es el peor lastre que se puede impulsar desde el púlpito.

Luego de que la Arquidiócesis festejara el voto de castigo al PRI, el asambleísta del Partido Humanista dejó claro que los ministros de culto tienen una misión y nunca será la de provocar un enfrentamiento y generar encono, porque el riesgo que se corre es atravesar algo similar como lo ocurrido este fin de semana en Orlando Florida, con la masacre en un club gay.

Jimeno Huanosta exhortó al clero a dejar de preocuparse si la sociedad castigó al partido tricolor por la iniciativa de ley para aprobar matrimonios entre personas del mismo sexo. Dijo que es mejor ponerse a reflexionar sobre el porcentaje de jóvenes que dejaron de creer en la Iglesia católica.

Una investigación de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia, refiere que cada mes por lo menos 15 homosexuales son asesinados en el país y que aproximadamente tres de cada 10 víctimas son abandonadas en servicios médicos por sus familiares, a pesar de que los cuerpos hayan sido reconocidos.

“Toda esta situación es lo que les debería preocupar y no promover votos de castigo, sino llevar a cabo un análisis de conciencia, promoción de la dignidad y defensa de los derechos”, puntualizó el diputado humanista.

Argumentó que la ley es igual para todos y deben cumplirla, y que si eso no es suficiente, que respeten las propias. “¿Dónde están sus mandamientos?, si no le temen a las leyes del hombre deberían temerle a lo que creen y a sus mandamientos que son la ley en Dios como el ‘Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo’”.

Además el diputado local consideró que en lugar de estar interesándose en enviar ofensivas contra la iniciativa del Ejecutivo sería momento de analizar y evaluar las vocaciones sacerdotales, las cuales han descendido. En los últimos dos años se ha registrado una disminución general, sobre todo en América del Norte —en especial en Estados Unidos—, donde han caído 5.2%.