Marchas propician más contaminación

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En lo que va del año la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México ha reportado 218 marchas, es decir, cuatro manifestaciones en promedio por día. El quinto viernes de 2016 la ciudad se convirtió en un cuello de botella al realizarse ocho protestas en distintos puntos. Hoy, primero de mayo, se esperan 9.

El Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (Imeca) de la ciudad llegó a niveles tan altos, que sólo estaba 18 puntos debajo de lo requerido para decretar contingencia ambiental.

Un día después, toda la capital seguía con niveles por encima de los 120 puntos Imeca. Fue uno de los peores días en cuanto a la calidad del aire.

Hilda Martínez Salgado, consultora ambiental, explica que la contaminación automovilística surge cuando el carro consume más energía y esto ocurre al frenar constantemente, disminuir la velocidad o apagar y encender el auto. “Cuando los vehículos van a menos de 20 km/h contaminan más, porque emiten más gases”, dice la experta en calidad del aire.

Martínez detalla que de acuerdo con el reporte Transport Research Laboratory (TRL) un auto que avanza a 50 kilómetros por hora (km/h), velocidad máxima permitida en las principales avenidas de la ciudad, emite 15.70PM10, y si llegan a los 10 km/h su emisión de PM10 se va a los 16.49PM10. “Disminuir la velocidad de un carro por debajo de los 40 km/h es generar una concentración de contaminantes en el aire”, informa.

Esto significa, en términos generales, que si los vehículos disminuyen su marcha —a consecuencia de las protestas— contaminan más.

La Unidad de Periodismo de Datos de EL UNIVERSAL realizó un análisis de los datos de la calidad del aire, disponible en la página de Internet de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), de los primeros 109 días del año. La información se dividió entre los días en que hubo protestas y en los que el tránsito era más “fluido”.

Tanya Müller García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente local, anunció el pasado 14 de abril que se está trabajando en un nuevo modelo que ayude a medir las afectaciones ambientales reales causadas por las marchas, pues dijo, se desconocen.