Una detonación de pólvora da la señal de arranque para los tractores de la mina Xometla, enclavada en las faldas del cerro Metécatl, del Estado de México. Montados sobre ellos, hombres de distintas complexiones trituran pieza por pieza las piedras que serán utilizadas para dar soporte a las vías de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

Balasto es el nombre de esta roca; sus medidas son especificas, no pueden pasar de 2.5 pulgadas y deben contar con por lo menos ocho caras. Empresas internacionales han avalado este producto mexicano.

Este material es uno de los elementos más importantes del Metro, pues soporta el peso de los trenes sobre las vías, las nivela y evita que se deformen.

La mina se ubica en el municipio de Acolman, Estado de México, a una hora del Distrito Federal. Los encargados aseguran que compitieron con otras ocho minas mexicanas, localizadas en distintas partes del país, quienes se peleaban la concesión para vender sus piedras al STC.

“La mina aprobó los lineamientos que solicitó la empresa Systra, encargada de la rehabilitación, además de los requisitos de la norma europea UNE-NE-13450, para usos ferroviarios”, comentó el ingeniero Carlos Pérez, encargado de la rehabilitación de la Línea 12 por parte de la Secretaría de Obras y Servicios del DF.

Dentro de las especificaciones se decidió que la producción del balasto fuera nacional, cumpliendo la normatividad europea para usos ferroviarios.

El contrato con el banco Xometla estipula la entrega de 19 mil 500 metros cúbicos de balasto, para el mes de octubre, y se garantiza que tendrá una vida útil de más de 20 años.

“Nos piden que el balasto cumpla con la norma europea, por lo que se han hecho varios ensayos para comprobar la resistencia a la fragmentación y al desgaste, primero fue certificada en México por la empresa Mexistra y después fueron enviadas algunas muestras a Francia. En ambos lugares se cumplieron los requerimientos”, comentó el ingeniero.

Según estas normas, el balasto debe ser resistente al desgaste y a la fragmentación, por lo que se tendrá un mejor soporte en la vías, más resistencia en las vibraciones y no tiene ninguna restricción en cuanto a la temperatura.

En entrevista, Pérez informó que desde marzo de 2014 han tenido la misión de rehabilitar las vías del tramo elevado del metro y tras un análisis realizado por Systra, recomendó cambiar vías, rieles, durmientes y el balasto.

“En el caso del balasto se encontró muy desgastado, con una mezcla de piedra que quedaron inservibles”, señaló el funcionario.

El balasto colocado en la Línea 12 duró en buenas condiciones sólo año y medio, lo que generó riesgos a la vía, ya que tuvo una menor absorción de los esfuerzos de los trenes, ocasionando que las vías se deformarán, tuvieran un desgaste ondulatorio y se fracturarán algunos durmientes.

En la primera etapa de la remodelación de la Línea 12 se sustituirá el balasto en curvas con radios menores a 50 metros y en rectas donde se tendrá una mezcla de basalto calizo y basáltico.

En un recorrido de EL UNIVERSAL por la mina Xometla, se observó el proceso que se lleva a cabo en la fabricación de estas rocas.

Acompañando el recorrido, Enrique Medina Laguna, superintendente de la mina, explica el proceso de la creación del balasto: “Por la mañana se hacen las detonaciones del cerro Metécatl, al obtener el material rocoso se fragmenta en piezas de 22 pulgadas”.

Después se transportan las rocas al triturador, donde se reducen a cuatro pulgadas, se retira el material fino (arena) para que sólo pasen las rocas limpias a otra trituradora, donde se disminuye a 2.5 pulgadas, además se cuida que obtenga una cubicidad de entre seis y ocho caras. El balasto que ya cuenta con los requisitos específicos, se traslada en góndolas, con capacidad de 30 metros cúbicos, a los talleres del Metro, en Tláhuac.

Hasta el momento la empresa ha entregado 39% del total del producto; es decir, 7 mil 605 metros cúbicos.

Como parte del proceso de rehabilitación, la Secretaría de Obras y Servicios informó que han arribado a los talleres de Tláhuac las primeras 200 toneladas de riel tipo UIC 60.

Además, desde España llegó diversa maquinaria, entre la que destacan: balasteras, plataformas, equipo topográfico, una retroexcavadora adaptada para el trabajo de vía y un trackmóvil.

La dependencia dijo que se terminó la producción de los primeros mil 500 durmientes, fabricados en Francia.

Para el traslado de material en el viaducto elevado, se construyó en los talleres de Tláhuac un tramo de vía de 158 metros, para transportar los elementos desde la zona de almacenamiento hasta el lugar donde se colocarán.

El monto global de la rehabilitación tiene un costo en general de 890 millones de pesos y se prevé concluya en diciembre próximo.

Desde lo alto de la mina Xometla se observa el municipio de Acolman. Hace 15 años comenzaron a explotar este lugar para realizar concreto asfáltico y por primera vez venderán el balasto para una obra como lo es la reparación de la Línea 12 del metro.

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