Desde la época prehispánica México ha gozado de tener en su alimentación una de las leguminosas más ricas en sabor y en propiedades nutritivas, ya que el frijol ha sido base de la alimentación mexicana.

Un alimento que casi invariable en los hogares mexicanos, ya que siempre hay el guisado de frijoles en las mesas nacionales.

"Es un producto que se puede aprovechar para preparar crema o ensalada; servir tostadas, enfrijoladas o rellenar chiles", explica el chef David Gómez, del Hotel Nikko México.

Añade, el chef, que en la actualidad ya hay una gran variedad de platillos y postres, como el dulce de frijol o frijoles con carne de cerdo o de res, que forman parte de la cocina mexicana.

Los nahuas ya lo llamaban ayocotl al frijol. Es una planta que se ha cultivado desde hace 7 mil años y los aztecas lo pedían como tributo a otros pueblos. Era una parte importante de la economía indígena.

El frijol es una de las principales fuentes de proteína y hierro. Es un alimento rico en hidratos de carbono y proteínas; posee minerales como fósforo, hierro y celulosa.

Hay que poner atención a la hora de guardarlos, que es conveniente hervirlos a diario o cada tercer día.

Una vez cocidos se pueden guardar en el congelador y tapados herméticamente. Es importante recordar que el caldo de frijol es buena fuente de vitaminas para los pequeños.

También se pueden guisar con diferentes hierbas, como epazote, hierba de conejo, hoja de aguacate y cilantro.

En el mercado existen muchas variedades como; negro, peruano, pinto, rojos, bayos, canarios y pintos, entre otros, que no deben de faltar en la alimentación diaria.


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