No nos conformemos

En mi mensaje de arranque de campaña, al pie de la Columna de la Independencia, le he ofrecido al pueblo de México mi experiencia singular en la política y el servicio público. Desde los 16 años he luchado por la democracia y por la libertad y he protestado en las plazas por el derecho de nuestro pueblo a decidir su destino. Aprendí que la política era servicio para construir el bien común. He litigado en tribunales defendiendo la causa de los débiles ante la justicia y he representado al pueblo en el Congreso para legislar a su favor. Soy maestra desde hace veinticinco años y por eso sé que los jóvenes creen en la justicia y en la honestidad. Y he recorrido una y otra vez el país y he visto todo lo que somos capaces de hacer.

Al pueblo de México le ofrezco una Presidencia con valores. Conozco a México como ninguno de mis adversarios lo conoce. Y conozco muy bien al pueblo de México: su honestidad, su dignidad, su grandeza. Por eso, sé que México no necesita a ningún iluminado que crea que lo sabe todo o que lo puede todo. México necesita una Presidencia con rumbo y con liderazgo ético, una Presidencia que comprenda al pueblo de México, que lo entienda, que lo escuche. Los valores son lo más importante en un líder que aspira a dirigir este gran país y yo quiero construir un México con valores como la libertad, la solidaridad, servicio al prójimo, el respeto, el trabajo y la honestidad.

Le ofrezco también enfrentar con todas mis fuerzas a la demagogia y la corrupción. Frente a nosotros tenemos a tres candidatos que representan la política de las trampas y el dinero. Representan la política de la corrupción que navega con bandera de honestidad, la política de la demagogia que polariza, que divide, que genera agresiones, pero no soluciones. Si esa política gana, nuestro país pierde, y yo quiero que México gane. Por eso yo haré mi campaña sin un centavo del dinero de los contribuyentes.

Le ofrezco una campaña limpia, centrada en las ideas y propuestas. Voy a recorrer el país y a exponer mis ideas para lograr seguridad ciudadana y vivir en paz en un país donde se aplique y se respete la ley. Acercar la justicia a la gente y ponerle punto final a la impunidad. Derribar el muro de la corrupción para desplegar nuestro potencial como país. Construir juntos una economía basada en el esfuerzo, la innovación, el talento y el mérito, que crezca en beneficio de todos. Abatir la pobreza y ser una sociedad más incluyente, más solidaria, más justa y más humana. Y recuperar el prestigio y el liderazgo de México en el mundo.

Al pueblo de México le pido sólo una cosa: no nos conformemos. No nos conformemos con campañas que son “un carnaval de banalidades vacías de contenido”. No nos conformemos con el mal menor habiendo un bien posible. No nos conformemos con el candidato menos malo o con el menos corrupto o con el menos autoritario. No nos conformemos con votar por miedo, por coraje o por desilusión. Decidamos lo que sí queremos para México desde nuestros sueños, nuestros anhelos y nuestro futuro. Imaginemos lo que podemos lograr juntos si tomamos nuestro destino en nuestras propias manos y trabajemos juntos para devolverle la esperanza a México.

Uno puede dar la vida sólo por aquello que ama, y yo amo profundamente a México. Contra todo pronóstico y superando todos los obstáculos, hoy soy la primer mujer candidata independiente de la historia. Trabajaré incansablemente para ganarme su confianza y con su voto seré la primera mujer Presidenta de México.

POR CIERTO. La demanda más sentida de nuestro pueblo es la seguridad. Por eso ayer visité Ecatepec, un municipio castigado por la delincuencia, la corrupción y el abandono de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Ecatepec sufre también uno de los problemas que más nos duelen: el feminicidio. Hablé con familiares de víctimas y con organizaciones sociales que defienden a las mujeres. Me comprometí a que la prevención del feminicidio y el combate a la impunidad serán prioridad nacional en mi gobierno. Ni una más, nunca más.

Abogada