El viernes y el sábado anunciaron la llegada del huracán Harvey a Texas. Harvey llegó el sábado por la noche a ese estado fronterizo. La ciudad de Houston ha sido severamente afectada. Al momento de escribir este artículo, todavía no son claros los daños que está dejando el huracán. Los medios reportan que hay gente esperando ayuda en los techos de sus casas que están completamente inundadas.

Cualquier presidente o jefe de Estado sabe bien que, en situaciones de desastre natural como ésta, su obligación es comunicar con claridad la respuesta del gobierno y brindar apoyo y certidumbre. Pero estamos en la “era Trump”. Y por eso, en la mañana del domingo, con Houston bajo el agua, con miles de estadounidenses clamando desesperados ser rescatados, con una lluvia persistente sobre el territorio, su presidente decidió que… era momento de lanzar dos amenazas en Twitter contra México:

“Dado que México es una de las naciones con más delitos en el mundo, nosotros debemos construir un muro. México lo pagará a través de reembolsos o de otra forma”.

“Estamos en el proceso de renegociación del TLCAN (el peor pacto comercial de la historia) con México y Canadá. Ambos se están poniendo difíciles. ¿Tendremos que terminarlo?”.

Es claro que Trump no gobierna buscando consensos entre grupos que piensan distinto, como debe hacer un líder democrático. Al contrario, como buen populista busca sembrar la división y el encono de sus seguidores —el “pueblo”— contra los “otros”: los políticos, los medios de comunicación, los musulmanes… y también México y los mexicanos. Por eso, sin importar lo que se diga a nivel de funcionarios de gobierno, él aprovechará cualquier ocasión, para hablar en contra México.

Del lado del gobierno mexicano se ha optado por la diplomacia “a la priísta”, pensando que como “Luis es muy cuate del yerno” las cosas van a salir bien. Piensan que está bien dejar decir y dejar hacer a Trump a su antojo, sin responderle porque “está alardeando” o porque “no hay que caer en estridencias” o “para no empeorar las cosas”. Pero como se ha demostrado, dejar pasar los insultos no sirve de mucho. Por fin se emite un comunicado al respecto por parte de la SRE. Hoy el TLCAN se ve amenazado por quien no quiere negociar sino ganar y una vez más nos dice que pagaremos el muro los mexicanos.

Estoy convencida de que la obligación y responsabilidad del gobierno es defender el interés nacional y también nuestra dignidad como nación. No se trata de envolverse en la bandera y responder a cada ocurrencia a gritos o insultos generando odios recíprocos. Pero sí hay que demostrar que no estamos dispuestos a que cualquier líder —del norte o del sur— denigre a nuestro país.

Además, estos comentarios tuiteros se dan después de que se indultó a Arpaio, uno de los funcionarios de EU que más ha perseguido a migrantes —especialmente a quienes eran de origen mexicano— con el único motivo de que eran ilegales y los enviaba a prisión en condiciones especialmente crueles, a los que se les llegó a llamar los campos de concentración de Arpaio. El indulto se dio únicamente por la voluntad del titular del Ejecutivo. El desprecio al otro por pensar diferente, es parte de un claro discurso de odio y por ello de un discurso antidemocrático.

POR CIERTO. Hablando de discursos de odio, MORENA, S.A. (empresa electoral subsidiada por el Estado, en este caso: los ciudadanos) eligió —a través de una encuesta tan secreta que sólo existe en la imaginación de su líder— a su candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. También en la capital del país los partidos se posicionan en la línea de salida… menos el PAN.

Abogada

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