La semana pasada, Causa en Común presentó ante el Presidente Peña un diagnóstico sobre el alarmante estado de las policías en México. Sin embargo, lejos de rendir cuentas y proponer soluciones, el Presidente respondió que “…se escuchan más las voces que vienen de la propia sociedad civil que condenan, que critican y hacen bullying al trabajo de las instituciones del Estado”.

Pero el bullying o acoso a las instituciones de seguridad viene del propio gobierno. ¿O cómo podríamos describir una situación en la que el gobierno no ha procurado un peso más a la seguridad durante 5 años? ¿Qué podríamos decir de un gobierno que ante un crecimiento de la violencia no ha aumentado la fuerza de la Policía Federal ni ha reclutado a un solo elemento nuevo? ¿En qué estima tiene un gobierno a sus policías cuando las manda a poner orden sin herramientas, sin adiestramiento, sin gastos?

Los servidores públicos del Estado mexicano que están en peores circunstancias son los policías. Causa en Común declaró que los policías están mal pagados, tienen escasas prestaciones y no cuentan con los instrumentos para desempeñar sus funciones. Indignantes son las historias de policías que tienen que pagar la gasolina y reparaciones de patrullas, rentar armas y comprar municiones, o remendar sus propios uniformes. Las humillaciones y vejaciones físicas y verbales contra los oficiales por parte de sus mandos son comunes. Y el gobierno federal también bulea a sus propios policías: ahí tenemos las imágenes de los elementos federales desalojados de hoteles en Michoacán por falta de pago, echados a la calle como si fueran todo, menos la autoridad.

La desafortunada declaración del Presidente no debe hacernos perder de vista lo más importante de este Foro: el decálogo de propuestas en materia de seguridad pública que presentó Causa en Común, con el que coincido plenamente. Muchas de esas las desarrollo en mi libro Es la hora de México. Me referiré a tres puntos:

1.—Causa en Común propone “definir una estructura a nivel Secretaría de Estado”, yo planteo la necesidad de instaurar una Secretaría de Seguridad Ciudadana. Ello implica retirarle a Segob las funciones en materia de seguridad pública. Éste fue el primer error que cometió la actual administración y que habrá que corregir. La seguridad de la ciudadanía no se puede supeditar a criterios políticos.

2.—Causa en Común recomienda “un solo modelo de policía a nivel nacional”, lo cual es urgente. Yo propongo un Sistema Nacional de Policía, que homologue la formación de todos los policías del país en academias nacionales de alta calidad. Todas las corporaciones e individuos deben estar certificados y supervisados por unidades de asuntos internos. Esto debe ir acompañado de la homologación de salarios y prestaciones sociales para crear una carrera policial profesional única a nivel nacional.

3.—Causa en Común sugiere “reformar las procuradurías, fortalecer el Poder Judicial y atender la crisis penitenciaria”, yo propongo establecer un sistema profesional de carrera judicial que homologue, a nivel local y federal, la formación, capacitación y selección de juzgadores, defensores públicos y ministerios públicos. Respecto a la crisis del sistema penitenciario sostengo la necesidad de profesionalizar y certificar a los custodios y las prisiones.

Invito a Causa en Común y a todas las OSC a que analicen y discutan mis planteamientos en materia de seguridad, los critiquen, los comparen con los de otros, y los enriquezcan con sus puntos de vista. Mi idea es clara: una política de seguridad ciudadana basada en evidencia y abierta al escrutinio de la sociedad. Un gobierno valiente, que no sea bully ni “buleado”. Un gobierno que acompañe a los ciudadanos, que promueva a las organizaciones civiles y no que les esté reclamando o regañando. Un gobierno que fortalezca las instituciones de seguridad y de justicia para cumplir con uno de los principales objetivos del Estado: seguridad a todos los mexicanos.


Abogada

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