Hoy podemos afirmar que tenemos más servicios de telecomunicaciones, de mejor calidad y más baratos. Los datos lo demuestran: del segundo trimestre de 2013 al primero de 2018, los precios de las comunicaciones han bajado un 25%; los hogares con banda ancha fija pasaron de 39% a 52% y la banda ancha móvil creció de 23 a 67 suscripciones por cada 100 habitantes. En términos de calidad, la velocidad del acceso a internet ha mejorado, ahora más de 82% de los hogares conectados tiene internet con velocidad superior a los 10 Mbps (antes era el 8%) y el tráfico cursado a través de una red 4G creció de 27% en 2015 a 62% en el primer trimestre de 2018.

Un hito fundamental para lograr estos resultados ha sido la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones del año 2013, ésta creó al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) como órgano constitucionalmente autónomo y le estableció una amplia agenda de trabajo a través de sus artículos transitorios: apagón analógico, determinación de agentes económicos preponderantes en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, licitación de dos cadenas nacionales de televisión, entre otros.

Además de cumplir puntualmente con los proyectos ordenados en la reforma, durante sus 5 años de existencia el IFT ha ejecutado diversas acciones que nos permiten contar con más competencia en el sector, con esto me refiero a proyectos como: portabilidad de número telefónico en menos de 24 horas, lineamientos para eliminar la larga distancia nacional, licitaciones de estaciones comerciales de radio y televisión —realizadas por primera vez en el país—, licitaciones de espectro, por mencionar solo algunos.

Lo anterior no hubiera sido posible sin recursos humanos comprometidos con el país y que cuentan con un alto grado de especialización técnica. Desde mi llegada a la ahora extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) en 1999, y hasta la fecha, he tenido el honor de formar parte y conocer a los extraordinarios especialistas que hoy conforman el Instituto. Los beneficios de la reforma no aparecieron de la noche a la mañana, se construyeron con las aportaciones de servidores públicos con alta especialización, honestos, comprometidos, asertivos, creativos, conocedores de la gran responsabilidad que conlleva su trabajo. Por ejemplo, la identificación de agentes económicos preponderantes y su regulación asimétrica fue posible gracias a especialistas que trabajaron en temas similares desde el año 2000 en la Cofetel; lo mismo con el apagón analógico, no habría concluido en tiempo y forma sin los expertos que ya se tenían en televisión digital terrestre y espectro radioeléctrico.

Durante 19 años de trabajar en este sector, me ha tocado atestiguar la realización de proyectos de diferentes magnitudes que confirman el compromiso de los involucrados y que en la mayoría de las ocasiones han requerido extender las jornadas más allá de los días y horas hábiles del calendario anual de labores. El IFT se creó hace 5 años, pero el trabajo, el esfuerzo y la especialización viene de mucho tiempo atrás, es justo reconocer en este aniversario a los compañeros comisionados, titulares de unidad, coordinadores, directores generales, directores, subdirectores, jefes de departamento, enlaces, es un honor colaborar diariamente con personas que aportan mucho más que solo lo necesario.

No obstante los avances, no podemos dejar de señalar los enormes retos que seguimos enfrentando, como la ampliación de la cobertura. Hoy las telecomunicaciones son la base de la llamada cuarta revolución industrial. Estoy convencido que el IFT, con sus recursos humanos altamente especializados y comprometidos, seguirá siendo pieza clave en la generación de condiciones para el desarrollo del sector en beneficio de toda la sociedad.


Comisionado del Instituto Federal
de Telecomunicaciones

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