Después de los resultados del pasado proceso electoral, donde Morena obtuvo el mayor número de espacios legislativos y que como ya lo han anunciado mantendrán la coalición PT, PES y Morena, con lo que podrían contar con 312 diputados y 70 senadores; el PRI, con 42 diputados y 14 senadores; el PAN, 79 diputados y 22 senadores; el PRD, 23 diputados y 9 senadores; el PVEM, 17 diputados y 5 senadores; el Panal, 1 diputado y 1 senador; y MC 26 diputados y 7 senadores; lo innegable es que la fuerza política y legislativa del nuevo gobierno podrá legislar prácticamente sin oposición real.

Tendrán la posibilidad de concertar o no y de cooptar si es necesario para alcanzar sus objetivos político-legislativos.

Como ya lo he dicho, el próximo Ejecutivo Federal será el gobierno más poderoso de cuando menos las últimas tres décadas.

Lo anterior se suma al evidente deterioro por el resultado electoral pasado y el conflicto interno que viven los partidos Acción Nacional, PRD y PRI; de los cuales es comprensible que así suceda, ya que estas fuerzas políticas deben cumplir con procesos de designación de su dirigencia, por lo menos, lo más cercano a un proceso democrático; a diferencia de las otras fuerzas políticas en las que es decisión de un solo hombre.

La nueva realidad obliga a los partidos de oposición a actuar de forma transparente, de cara a la sociedad; procurando los equilibrios necesarios que permitan primero su fortalecimiento interno, para dar cohesión a sus órganos de dirección y a sus representantes populares.

Se debe actuar sin mezquindad, asumiendo una posición madura, dejando a un lado egos, filias y fobias personales, porque hoy más que nunca lo merece la democracia mexicana.

Es importante que el PRD fortalezca su discurso, retomando las causas que le dieron origen; como una izquierda renovada, moderna y de vanguardia, apoyando sin condición las propuestas que vengan y que coincidan con los principios ideológicos que han estado presentes durante toda su lucha democrática.

Una oposición actuante, responsable y propositiva, que no promueva por ninguna causa el odio y la división; que es sin duda lo que más ha lastimado a México.

Dar un paso atrás, para permitir que el nuevo gobierno acredite con sus acciones, lo que en discurso provocó: la confianza del pueblo.

No va en contra de ningún principio ideológico si al final se imponen el bienestar y el bien común. Porque “cuando aun siendo mediodía, el pueblo dice que es de noche; es el momento de encender las farolas” (Francisco Bulnes, escritor, periodista y político mexicano).

DE REFILÓN. En días pasados se generó una polémica por la creación de un nuevo medio de comunicación que habrá de dirigir Rubén Cortés, destacado escritor y periodista, quien ya manifestó que el medio que habrá de dirigir no busca ni la confrontación, ni constituirse como un polo opositor para Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum.

Es decir, no será utilizado con fines políticos de golpeteo ni de defensa para nadie, como lo han querido manejar algunos portales, muchos de los cuales sí están creados precisamente con ese fin; yo diría que más bien, es el diablo detrás que los quiere echar a pelear.



Ex secretario de Movilidad

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