A lo largo de los muy diversos procesos electorales que hemos presenciado en los últimos años, han sido variados los temas de los que se cuelgan los candidatos a puestos de elección popular para efectos de poder captar el voto que necesitan para ser electos. Entre los temas que normalmente resaltan en estos procesos, están los que tienen que ver con la salud, educación, seguridad de las personas, economía, la creación de oportunidades y empleos. ¿Y los temas que tienen que ver con el medio ambiente y los recursos naturales son igualmente tomados en cuenta y considerados como prioritarios?

La respuesta es NO; desgraciadamente no se ha logrado que la naturaleza, la flora, la fauna, los ecosistemas, de los cuales dependemos al 100% para nuestro desarrollo, bienestar y crecimiento, sean un tema altamente prioritario y relevante tanto para los partidos políticos como para sus candidatos. ¿Acaso no se han dado cuenta que si las condiciones ambientales no son óptimas, todo lo demás no puede funcionar? ¿Acaso han reflexionado lo que implicaría quedarse sin agua para consumo humano o para la producción de alimentos? ¿Acaso han contemplado tener una política pública a nivel nacional para evitar las más de 14 mil muertes que suceden cada año en el país por la mala calidad del aire?

Para darnos una idea de cómo andamos en presupuesto para el sector ambiental a nivel federal, en los últimos dos años se han reducido los recursos en casi 50%. Es decir, le estamos recortando los fondos a un área de la cual todos dependemos para poder gozar de buena salud, de buena calidad de vida. Ello, plantea un enorme reto para los candidatos no sólo por los recursos que hay que destinar al sector sino por los enormes y variados problemas ambientales que deben ser resueltos, entre los que destacan los siguientes.

Tenemos en México, decenas de acuíferos que están sobreexplotados; más del 65% del manglar ha desaparecido; miles de especies de flora y fauna están en riesgo, peligro de extinción, amenazadas o sujetas a un régimen legal de protección; somos una nación altamente vulnerable al cambio climático, lo que pone en riesgo a 68% de la población; contamos con muchas leyes, reglamentos y normas oficiales en materia ambiental que no siempre se cumplen, están en ocasiones mal redactadas, son omisas o hasta llegan a contraponerse entre sí.

Además, la deforestación no cesa y seguimos perdiendo al menos 130 mil hectáreas de bosque cada año; la sobrepesca aflora sin un enfoque de aprovechamiento sustentable, como sucede en el Golfo de California; contamos con 176 áreas naturales protegidas lo cual es una buena señal, pero muchas no tienen un plan de manejo o el presupuesto que requieren para su debido cuidado; contamos con los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable, los cuales en la práctica no operan; lagos, ríos y mares en muy buena parte del país están altamente contaminados.

Ya se hacía referencia a la mala calidad del aire que hay en varias regiones; el manejo y disposición de los residuos sólidos y peligrosos sigue siendo una carga para las autoridades locales y federales; en algunas zonas del país hay fuertes problemas de olores sin que sea un tema que este regulado; la vaquita marina en el alto Golfo de California está en riesgo de desaparecer; el tráfico de los buches y las vejigas de la totoaba a países asiáticos no se ha detenido y, las densidades que se establecen en los ordenamientos ecológicos no son del todo respetadas.

Ante este panorama, que no es nuevo y que persiste justo por no darle prioridad al ambiente, será fundamental promover la transversalidad de los temas ambientales a todas las obras y actividades de la administración pública. Igualmente, se deben de encontrar los canales para poder transitar a un verdadero desarrollo sustentable, en donde los temas económicos, sociales y ambientales vayan de la mano. Para ello, será indispensable contar con un marco legal de vanguardia que le dé base a la sustentabilidad que tanto anhelamos así como contar con una política ambiental de avanzada que nos permita enfrentar las amenazas ambientales nacionales y globales.

¿Quién de los candidatos dice sí al desarrollo, a las inversiones y la creación de empleos bajo un esquema de racionalidad en el uso de los recursos naturales? ¿Quién se apunta?

Director general del CEMDA

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