El fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador , anticipó en Cancún que en 2018 México tendrá “un presidente del sureste” para el bien del gobierno y de la nación, además ofreció llevar al país a su cuarta transformación política, luego del movimiento de Independencia, la Reforma y la Revolución.

“Queremos llevar a cabo la cuarta transformación de la vida política de México, por las nuevas generaciones; nosotros ya vamos de salida. Hasta podríamos decir: ‘Gracias a la vida que nos ha dado tanto’”, expresó, para luego adelantar que el país tendrá un presidente del sureste –él nació en Tabasco- y ofrecer que la nación será gobernada como lo fue el Distrito Federal, cuando él fue Jefe de Gobierno.

López Obrador visitó Cancún, para protagonizar la firma del “Acuerdo Político por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México” , realizada hoy en el Parque de las Palapas, en pleno centro de la ciudad.

Los organizadores llevaron al niño, Jacinto Noh, el diputado infantil quien cuestionó duramente a los legisladores de Quintana Roo, por permitir la corrupción e impunidad y quien reclamó la inacción para castigar los presuntos delitos del ex gobernador, Roberto Borge.

Al evento acudieron más de mil personas y los 29 ciudadanos y representantes de organizaciones que se sumaron a dicho pacto, con la finalidad de apoyar a Morena previo y durante el próximo proceso electoral.

El acto fue presuntamente saboteado, toda vez que justo cuando López Obrador llegó a la explanada, el sonido falló, lo que los organizadores atribuyeron al corte de la energía eléctrica por parte del ayuntamiento de Benito Juárez, gobernador por el Partido Verde (PVEM).

“Nos quieren silenciar”, expresó el dos veces candidato a la presidencia de la República, al tomar la palabra. “De acuerdo con las encuestas, Morena está en primer lugar en las preferencias, en todo el país, por eso están tan nerviosos”, afirmó.

El político tabasqueño indicó que la firma del convenio que permite la adhesión a Morena, de cualquier militante de otro partido –incluso de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) o de la Revolución Democrática (PRD)- tiene muy nerviosa a “la mafia del poder”, como él bautizó justo a esos institutos políticos, grupos de facto y empresarios que responsabiliza del desplome del país.

Aclaró que el Acuerdo “no tiene dueño” y justificó el ingreso de cualquier político o militante de otros partidos, con la necesidad de unidad que requiere el país. “Así lo exigen las circunstancias”, sostuvo.

Reiteró que la “guerra sucia” ya se activó en su contra y que ha tomado forma, esta vez, de comparaciones con personajes polémicos como el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump o el de Venezuela, Nicolás Maduro.

“Dicen que somos mesiánicos, autoritarios; me comparan con Trump y con Maduro… hay que mandarlos por un tubo”, bromeó.

Refrendó el compromiso de revisar la Reforma Educativa y de frenar la privatización de los servicios de salud, de llegar al poder; también ofreció becas de dos mil 400 pesos mensuales a estudiantes de Preparatoria y de Universidad y aumentar la pensión de adultos mayores, mediante la depuración del manejo del presupuesto federal y la erradicación de la corrupción.

Los repudiados

Durante la firma del acuerdo político de unidad, que compromete a la transformación del país por la vía pacífica y legal, abriendo espacios a todas las personas sin distinción de religión, sexo, clase social, condición económica o si se es del campo o de la ciudad, firmaron políticos que en el pasado han ido contra los principios que enarbola Morena.

La gente reunida en las Palapas, se los señaló al mismo López Obrador, cuando dichos personajes pasaban al frente a firmar. En ese caso estuvieron la senadora por el PRD, Luz María Beristain, quien se declaró petista meses atrás, pero ahora sumarse a Morena, pese a la ruptura que existe entre ambos institutos políticos.

“Fuera, fuera, fuera”, le gritaba la gente. El mismo trato recibió el ex candidato a la presidencia municipal de Cancún, Antonio Cervera, a quien la ciudadanía no perdona el haber impulsado y apoyado la realización del megaproyecto “Dragon Mart Cancún”, al cual llamó “el santo grial del comercio exterior”.

Otro que fue notoriamente abucheado fue el ex presidente municipal de Cancún, Jaime Hernández, quien sustituyó brevemente a Gregorio Sánchez, cuando fue aprehendido y encarcelado por presuntos nexos con el crimen organizado, en mayo de 2010.

En pocos meses, Hernández Zaragoza no sólo intentó aprobar 8 cambios de uso de suelo para proyectos perjudiciales en la zona hotelera de este destino vacacional, sino que posteriormente se prestó a tenderle una trampa al alcalde electo, Julián Ricalde, grabándolo cuando le entregaba dinero correspondiente al apoyo económico que debía proporcionarle y luego filtrando el video para inculparlo de un presunto soborno.

Eduardo Ovando, militante del PRI hasta hace algunos meses, también fue atacado a silbidos y gritos, pero con menor estridencia.

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