Xalapa

Criticada por su relación con dos gobernadores, uno del PRI y el otro del PAN, Sara Ladrón de Guevara es una de las pocas mujeres al frente de una universidad pública en el país, y logró movilizar a miles de estudiantes, académicos y sociedad civil en Veracruz. Aunque dice que no lo buscó, la rectora de la Universidad Veracruzana (UV) reconoce que las protestas que encabezó y que se realizaron en pleno proceso electoral fueron un factor decisivo para que el PRI perdiera las elecciones, tras 86 años de hegemonía en Veracruz y para conseguir abrirle paso a la alternancia con una alianza del PAN-PRD encabezada por la figura del panista Miguel Ángel Yunes Linares.

Antropóloga de profesión,  jamás ha visto su género como un impedimento para enfrentar su vida y tomar decisiones profesionales, porque —recuerda— siempre ve actitudes misóginas tanto de hombres como de mujeres.

“Nací mujer, uno se va acostumbrando a actitudes negativas frente al género, uno lo asume: soy veracruzana, soy mexicana y uno sigue trabajando”, afirma quien encabeza la casa de estudios más grande del sureste de México con más de 100 mil estudiantes.

Rompió con décadas de hegemonía de hombres en la rectoría, y cuando fue electa —hace más de tres años— lo primero que hizo fue rodearse de mujeres en puestos directivos, algo que le trajo críticas; gana el mismo salario que sus antecesores, pero también esto fue objeto de comentarios negativos.

La mujer que domina cinco idiomas: el español, el francés, inglés, italiano y portugués, asegura que las actitudes adversas hacia sus persona por su género jamás las ha considerada como una adversidad.

“Hay actitudes adversas y negativas sí, pero siempre he vivido con eso, porque desde que uno decide ser profesionista, como mujer ya dicen que no es para una, pero aprendes a navegar con vientos en contra”, explica.

Desde que era directora del Museo de Antropología de Xalapa siempre fue mesurada en su actuar político y mediático, pero siempre abanderó la causa de las mujeres y del género.

Corazón de izquierda

Sus detractores la señalan de ser una aliada del PAN y de Yunes Linares, todo porque el año pasado encabezó masivas movilizaciones estudiantiles y de la sociedad en general para exigir al entonces gobernador Javier Duarte el pago de adeudos por 2 mil 300 millones de pesos y recursos mensuales que se habían detenido y que ponían en riesgo el pago de salarios.

Ahora, en las últimas semanas, ha salido en público a recordar que no sólo que se mantiene el adeudo de 2 mil 300 millones de pesos, sino que se convirtió en la voz de 10 mil universitarios a los que el gobierno estatal no les ha cubierto sus becas atrasadas e incluso ni siquiera ha sacado la convocatoria para el presente año:

“Nosotros dijimos cuál era la situación financiera de la UV, cuando todos los presidentes municipales de todos los partidos lo callaban... y hoy, que Duarte está prófugo, ya los alcaldes quieren salir a decir ‘me deben tanto’”.

La tachan de panista, pero el corazón de Sara Ladrón es más de izquierda, y si bien admite que su movimiento  fue uno de muchos factores para la alternancia, recuerda que la mesa estaba puesta para que tanto Duarte o Yunes la pudieran aprovechar en su beneficio.

“Yo estaba trabajando por mi comunidad, por la universidad... la votación es sensible a distintas situaciones, quizá significó unos puntos en la votación, no puedo decir si fue decisivo, pero también pudo haber sido aprovechado por quienes estaban en el poder”, asegura.

En su oficina principal de la zona universitaria, donde presume los reconocimientos que ha logrado para la UV, precisa que la  movilización pudo haber sido utilizada por el ex gobernador Javier Duarte para darles, aunque, sea una parte del adeudo.

“Y eso habría significado quizá un cambio en el voto y eso habría favorecido al partido en el poder, así como lo hayan utilizado distintos partidos para pegarle al gobernador, el gobernador pudiera haber usado eso a favor”.

Afirma que logró una mayor estabilidad financiera de la universidad, pues dejaron de preocuparse por el pago de cada quincena, lo cual era “terrible”.

Aunque la universidad salió de la inestabilidad financiera, el nuevo gobierno de coalición sigue sin cubrir los adeudos de 2 mil 300 millones de pesos, de los cuales mil 400 corresponden a impuestos de la casa de estudios que Duarte debería haber transferido, pero los desvió, por lo que hoy Sara Ladrón insiste nuevamente en su principal demanda.

“No se ha solventado la deuda, pero ya se reconoce adeudo, lo cual es una actitud distinta frente al gobierno anterior que negaba la deuda y que incluso decía que la UV era la que debía al gobierno”, explica la maestra en Historia de Arte y Antropología.

Por ahora, aclara, no hay “fecha fatal” para llamar a protestar, porque hay al menos un reconocimiento de adeudo institucional y no hay “borrón y cuenta nueva”; además, dice, el SAT ha reconocido que el adeudo es del gobierno y no de la casa de estudios, aunque “hay recargos que se acumulan y esta deuda va creciendo”.

Niega que la falta de pago de la administración yunista pueda afectar la posibilidad de reelegirse por un periodo más de cuatro años, “porque ninguno de sus antecesores hizo algo”:

“El rectorado anterior ni siquiera lo intentó, el rectorado anterior lo calló y nosotros hemos hecho rendición de cuentas”.

La máxima autoridad universitaria considera que la situación en Veracruz es muy triste: reconoce que está apesadumbrada “por los niveles de violencia y la situación adversa”.

Subraya que la violencia que impera es terrible, pero asegura que es un asunto de gobierno y es consecuencia de la guerra que se inició con Felipe Calderón y que ha significado más muerte que países en guerra.

Pero ahora, dice, el panorama es optimista, porque el Congreso del Estado les otorgó autonomía presupuestaria y aprobó un acuerdo para aumentar su presupuesto de manera gradual hasta llegar a 4% del presupuesto del estado.

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