El colectivo de familiares desaparecidos de Chilapa y Zitlala, Siempre Vivos, presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en contra del gobierno de Guerrero y la fiscalía local por omisión y por la falta de resultados en la investigación de la desaparición de seis integrantes de la familia García Feliciano, ocurrida hace cinco meses.

El 18 de octubre, la familia García Feliciano salió de su pueblo, Ixcatla, en Zitlala. A las 09:00 horas estaban en Chilapa, pasaron a dejarle ropa a otro de sus integrantes, Celso, un joven que trabaja ahí como taxista.

A las 09:45 horas, los militares que tienen un retén antes de llegar a la comunidad de Tlaltempanapa, Zitlala, registraron en su bitácora el paso de la camioneta roja con los seis integrantes a bordo. De acuerdo con los datos que han podido recabar Celso y los integrantes de Siempre Vivos, la familia llegó a la comunidad de Tlalcozotitlán, en Copalillo y se fueron después de comer. Es decir, desaparecieron durante su regreso y los militares del retén cercano a Tlaltempanapa no volvieron a verlos.

Por eso, la sospecha de que pudieron desaparecer en el tramo carretero de Tlalcozotitlán–Tlaltempanapa, dice el vocero del colectivo Siempre Vivos, José Díaz Navarro.

Comenta que los responsables podrían ser los pobladores de Tlaltempanapa, quienes forman parte del grupo armado denominado Policía Comunitaria por la Paz y la Justicia, al que acusan de haber desaparecido a más de 16 personas en mayo de 2015, cuando tomaron la cabecera municipal de Chilapa.

A cinco meses de la desaparición, indicó el vocero, la fiscalía no ha informado de ningún avance. Por eso la queja la presentaron por omisión. En el documento, el colectivo responsabiliza de la desaparición al grupo armado denominado Policía Comunitaria por la Paz y la Justicia.

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