Tijuana.— En el último reporte del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), publicado en diciembre de 2016, autoridades destacan que en Baja California persiste la sequía extrema: desde hace seis años no llueve.

Según el Monitor de Sequía, 100% de los municipios del estado registran sequía, es decir, Tijuana, Mexicali, Tecate y Rosarito. Sólo al municipio de Ensenada lo califican con sequia moderada.

Desde 2015, organizaciones de la sociedad civil y políticos han solicitado al gobernador Francisco Vega de Lamadrid que atienda urgentemente la crisis que se vive en la entidad por la falta de agua.

Ese mismo año el Senado de la República exhortó al mandatario a desarrollar o fortalecer un plan estratégico que haga frente a la escasez de agua y a la sequía. En el dictamen señalaban que la escasez de agua había reducido el desarrollo económico de la región e incluso comenzaba a generar problemas de salud entre la población.

Destacaron que la situación afectó otros sectores, como inseguridad de abastecimiento futuro en zonas urbanas y rurales, baja eficiencia de los sistemas de agua potable y sobreexplotación de los mantos acuíferos, así como la falta de infraestructura de medición y contaminación.

Luego de este posicionamiento, la Comisión Estatal de Servicios Públicos anunció un plan de 25 alternativas ante la sequía: regar las plantas en la noche, evitar lavar banquetas y automóviles con la manguera, reutilizar el agua de la lavadora en sanitarios o lavado de pisos eran algunas de ellas.

A la par, informaron que el gobierno trabajaba en la construcción de plantas desaladoras (proceso que elimina la sal del agua) para diversificar las fuentes de abastecimiento. Sin embargo, fue un año después, en septiembre de 2016, cuando el gobernador anunció la construcción de una planta desalinizadora ubicada en el municipio de Rosarito; obra que, según Francisco Vega, será la más grande de Latinoamérica.

Esta planta, destacó, es sólo una de las acciones del llamado Plan Estratégico para afrontar la crisis del agua considerada la más aguda en 120 años.

La primera etapa de la planta desalinizadora de agua para la zona metropolitana, que será ejecutada por el consorcio Aguas de Rosarito, producirá 2.2 metros cúbicos de líquido por segundo y estará lista en tres años, mientras que la segunda etapa doblará su capacidad para alcanzar los 4.4 metros cúbicos. Se prevé que la obra concluya en 2024.

A pesar de las acciones anunciadas por el gobierno, el municipio de Ensenada es el más afectado de todos, donde los ciudadanos padecen desde hace dos años cortes de líquido todos los días.

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