Ante la renegociación del acuerdo comercial entre Estados Unidos y Canadá, el gobierno mexicano debe “defender con dignidad los derechos de nuestra patria, sin dejarse amedrentar por el poder del dinero del norte”, consideró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.

En su homilía dominical titulada 'Ante la llegada de Donald Trump', el obispo consideró que en la renegociación del acuerdo, las autoridades mexicanas deben saber que “hay otros valores humanos que están por encima del dinero”.

Además deben saber que si “se cierra la economía de Estados Unidos, aumenta la pobreza en nuestros países y aumenta con ello automáticamente la migración. Hoy la economía no es nacional, sino mundial, y hay que tener un corazón abierto a las necesidades de los más pobres”.

El presidente Trump “dice que renegociará el Tratado de Libre Comercio entre su país con México y Canadá, no para el bien de los tres países, sino sólo para el suyo. Eso es egoísmo nacionalista”.

Dijo que la visión del presidente de los Estados Unidos, miembro de la Iglesia Presbiteriana, “es netamente economicista, pues es un empresario, a quien lo que más le importa es el negocio, el dinero, lo económico”.

A decir de Arizmendi Esquivel, “es una contradicción con la fe cristiana que dice vivir, pues Jesucristo no ha dicho que el dinero no puede ser nuestro dios, y que, por lo tanto, no puede ser lo económico el criterio último para tomar decisiones”.

Y es que Jesucristo lo que enseña “es el amor al pobre, la solidaridad con el necesitado, la preocupación por los migrantes, el respeto a las mujeres”.

Agrega que Trump amenaza con deportar a tres millones de inmigrantes sin papeles, “que colaboran para mejorar la economía de ese país, que pagan sus impuestos y sin los cuales muchos trabajos allá no se podrían cubrir”.

También ha anunciado con impedir que empresas de allá inviertan en México, principalmente las automotrices, “que aquí generan miles de empleos, para que esos trabajos se queden allá, sin advertir que esos capitales no vienen a México por caridad, sino porque aquí les conviene para su propia economía”.

Prometió también construir el muro entre la frontera entre los Estados Unidos y México, pero que sea éste país el que lo pague, “lo cual es totalmente absurdo y sin justificación, pues el muro no ha detenido las migraciones, ni las podrá detener, aunque sí las hará más difíciles”.

Pero las actitudes de Donald Trump “han afectado gravemente al peso mexicano, que ha caído en forma considerable, con lo cual se afectan también los costos de las gasolinas que se importan y de tantos otros productos que provienen del exterior”, expone el obispo Arizmendi Esquivel.

Lo inmediato ahora “es cuidar el empleo en nuestro propio país y no abandonar el campo, que es la fuente principal de autosuficiencia alimentaria”.

También hay que cuidar el maíz criollo, para no depender de semillas transgénicas que vienen de los Estados Unidos.

Suplica a los campesinos a que si tienen necesidad de buscar empleo, que “lo hagan en otra parte”, para que no se expongan “a todos los peligros de intentar llegar a los Estados Unidos, sino que lo busquen en el país, sea en los centros turísticos, sea en las varias cosechas al norte de nuestra patria”.

Otra recomendación del obispo es que se administren bien las remesas que mandan los mexicanos que están en los Estados Unidos y que se “busquen mecanismos para que no les cobren impuestos exagerados con los cuales Donald Trump quiera pagar el muro”.

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