Chilpancingo.— Javier Saldaña Almazán, rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) dio el primer paso para su reelección. Este viernes el Consejo Universitario aprobó su solicitud de licencia para retirarse del cargo y el próximo mes se registrará como candidato.

Saldaña dejó la universidad con dos pendientes: su inacción ante la delincuencia organizada en contra de los universitarios —en un año 10 fueron asesinados— y la falta de comprobación de 34 millones 341 mil pesos, que le observó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

El 8 de marzo de 2016, el Congreso del estado aprobó una reforma a la Ley Orgánica de la UAGro. La enmienda tiene un artículo en especial: le abrió la puerta a Saldaña Almazán para la reelección.

A la reforma la llamaron Ley Saldaña, porque el rector la operó pero, sobre todo, porque le da ventaja sobre cualquier otro oponente. En el artículo 10, fracción II inciso c del Reglamento Electoral de la UAG está el mayor candado para cualquiera que quiera competir en contra de Saldaña Almazán: “Acreditar el reconocimiento y aval de 40 consejeros universitarios o los consejeros académicos de al menos 20 unidades académicas o 150 consejeros académicos”.

Pero no sólo fue la Ley Saldaña, con la que el rector intenta permanecer en la rectoría otros cuatro años, también utilizó el soborno. Román Ibarra, integrante del Colectivo Insurgencia Universitaria Guerrerense, es uno de los que se oponen a la reelección de Saldaña Almazán y, no sólo eso, quiere competir por la rectoría.

Para detener sus aspiraciones, cuenta Ramón Ibarra, el rector le envió tres propuestas. Una: un millón de pesos. Dos: la Secretaría General Académica de la UAG, y tres: convertirlo en el abogado general de la universidad en el siguiente periodo.

Pero no sólo fue Saldaña Almazán, también lo hizo el gobernador, Héctor Astudillo Flores. Román Ibarra dice que el mandatario le envió emisarios ofreciéndole convertirlo en magistrado en Tribunal Superior de justicia del estado o en consejero en el Congreso local. A las propuestas, asegura el universitario, declinó y continua en su intención por competir.

Este viernes en el salón Cabaret del Gran Hotel, en Acapulco, 159 de 200 consejeros votaron a favor de la solicitud de Saldaña Almazán. Como rector interino quedó José Alfredo Romero Olea.

No dejaron entrar al Consejo Universitario a Ramón Ibarra por protestar en contra de la reelección de Saldaña.

Hasta agosto del 2016, Saldaña Almazán no había comprobado ante ASF 34 millones 341 mil pesos.

En una auditoría, la ASF indica que en 2014 no comprobó 10 millones 736 mil pesos por el pago a servidores públicos. En este caso, no hay documentación que acredite la preparación académica de los que cobraron.

También señala que no reintegró un millón 214 pesos por el pago de rendimientos financieros de los recursos del Programa de Subsidios Federales que otorga a organismo descentralizados, como la universidad.

Los más de 34 millones de pesos, se completan con los 19 millones 122 mil pesos que la UAG no solventó y que marca como recursos no devengados en 2014. Pese a todo, Saldaña Almazán ya arrancó con su carrera por ganar el puesto del que se separó.

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