Juchitán.— Desde la noche del miércoles, un grupo de ciudadanos se organizaron como “vigilantes comunitarios” y comenzaron a realizar patrullajes en los barrios y poblados del municipio de San Francisco Ixhuatán, con la finalidad combatir los secuestros y asaltos que se han incrementado en esa localidad.

“La inseguridad nos ha rebasado. Lo dije desde el año pasado cuando pedí, reclamé y supliqué al gobierno de Oaxaca que reforzara la vigilancia en nuestro municipio que empezó a sufrir homicidios, extorsiones, robos y asaltos violentos”, señaló José Luis García Henestroza, alcalde de esta comunidad de unos 10 mil habitantes, ubicada en la zona oriente del Istmo oaxaqueño.

Comentó que como resultado del crecimiento de la “delincuencia organizada”, diversas casas de empeño, farmacias y la oficina de Telégrafos cerraron sus puertas desde el pasado mes de octubre.

Ayer, personal de la sucursal del Banco del Ahorro Nacional y de Servicios Financieros (Bansefi) de Ixhuatán comenzó a retirar los muebles, cajas y papelería. “La sucursal se irá del pueblo el próximo martes 13. Ya desde hoy están enviando todo a la población vecina de Reforma de Pineda”, explicó el alcalde, cuyo mandato de tres años concluirá el próximo 31 de diciembre.

Los empleados de la sucursal Bansefi han sido asaltados seis veces. “Por eso se van, porque no cuentan con la seguridad”. El pasado miércoles, unas 400 personas se manifestaron frente a la sucursal para exigir que Bansefi no cierre sus servicios.

García Henestroza lamentó que las autoridades del gobierno de Gabino Cué no hayan atendido al reclamo de la seguridad.

“Ahora los vecinos van a vigilar las calles, van a hacer el trabajo de los policías federales y estatales que resguardan en la capital de Oaxaca la sede del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO), pero que no pueden brindarnos la seguridad”, señaló.

―¿Los vigilantes comunitarios están armados?

―Lo más seguro es que sí tengan armas para defenderse, porque la delincuencia organizada no trae escobas, trae armas largas.

El alcalde apoyará a las guardias comunitarias con la construcción de muros y cadenas en los principales cuatro accesos a la población, para que en las noches y madrugadas haya un control estricto de los vehículos que entren y salen.

El primer modelo de patrullaje colectivo fue experimentado por los pobladores la madrugada del pasado 11 de noviembre, cuando personas armadas plagiaron a un joven, quien fue liberado ante la movilización de los ciudadanos armados con palos, machetes y escopetas.

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