Durante cuatro kilómetros y medio se observaron las danzas de las siete regiones de Guerrero. Desde los Diablos de la Costa Chica hasta los tlacololeros de Chilpancingo, hombres cubiertos de máscaras de tigres y abuelos que con sus chirriones hace brillar de música y alegría el recorrido.

Trajes típicos de la zona Centro rivalizaban con otros de la Costa Chica: faldones circulares de bordados multicolores con animales, como venados y peces. Las mojigangas de la zona Centro, hombres vestidos de mujeres con máscaras de diablos y viejitos desfilaban al compás de la música de viento que resonó hasta la plaza Belisario Artesa.

En el recorrido faltaron las representantes de la señorita Flor de Nochebuena que hay en la capital, los cinco barrios estuvieron ausentes; solo San Antonio donde ganó la concursante estuvo con su carro alegórico. Las demás decidieron no estar porque sintieron que el concurso no fue justo.

Los apaches de San Luis Acatlán, municipio costachiquense, contagiaron con su ritmo a la gente que repartía naranjas partidas y mezcal de diferentes sabores.

En la calle Heroínas del Sur, termina el recorrido que según la Secretaría de Protección Civil, antes del tradicional Porrazo del triste en esta 191 edición del Pendón que anticipa la feria de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo. Durante el recorrido hay gente que trae playeras con motivos guerrerenses y por seis horas resuena la música de viento.

César Mayares, titular de Protección Civil, señaló que hubo 120 efectivos de su dependencia y no hubo mayores incidentes que la atención de al menos 10 personas que se emborracharon y dos heridos por la misma razón.

El Pendón terminó sin mayores incidentes y la gente lo tomó, según confesaron varios, como un desfogue a la violencia de los últimos días en Guerrero. Una fiesta de música, alcohol y tradición.

afcl

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