Chilpancingo.— A pesar de las críticas de varios sectores de la población que se quejan por la falta de agua, de luminarias, de inseguridad, incluso de actos de corrupción, el alcalde priísta Marco Leyva aseguró en su Primer Informe que no se va. A sus adversarios y detractores les dijo: “Les propongo una tregua, formar un gran pacto”.

Leyva ha sido criticado de manera reacia por el relleno sanitario que de acuerdo con la Procuraduría de Protección Ecológica del Estado de Guerrero (Propeg) debió clausurarse desde 2008, cuando el actual gobernador, Héctor Astudillo Flores, era edil de Chilpancingo. Además porque la capital, después de Acapulco, con base en cifras federales, es la ciudad con mayor tasa de homicidios dolosos.

En cuanto a la inseguridad reconoció que “el reto es mayúsculo”, luego de que fueron asesinadas esta semana cinco personas, cuatro en un asalto donde murieron dos normalistas de Ayotzinapa, por supuestamente oponerse a un asalto; su propia Secretaría de Seguridad Pública informa que en lo que va de 2016 han ocurrido 186 homicidios dolosos; 208 en lo que va de su administración, que inició el 26 de octubre de hace un año.

En este tema Leyva presumió: “El homicidio doloso bajó el pasado mes arriba de 25% y el secuestro y la extorsión van a la baja, hubo 12 homicidios, el mes más violento fue julio, con 32”, aunque asociaciones civiles, como Levantemos Chilpancingo han declarado que es la peor administración que ha habido en la capital; incluso peor que la de Efrén Leyva (1990-1993).

En otro tema, el Cabildo ha ejercido 681 millones de pesos, de los cuales 418 son de gasto corriente o de mantenimiento y tan sólo 262 de inversión, es decir para obra pública. Sobre su permanencia aseguró: “En política no hay cargos eternos. Tienen su temporalidad en la ley”.

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