Integrantes del movimiento “Bordando por la Paz” en Cancún, dedicaron el bordado de pañuelos la tarde-noche de hoy, a cuatro mujeres originarias de Colombia, quienes perdieron la vida en México de 2012 a la fecha, en condiciones irregulares y violentas.

“Desgraciadamente seguimos bordando feminicidios, casi exclusivamente, y feminicidios de nuestra comunidad” -explicó Teresa Carmona- “hoy le estamos bordando a cuatro chicas colombianas que han sido… dicen las Procuradurías que, muertas, que se aventaron de un balcón, que resbalaron, que bebieron… pero todas ellas tienen signos de violencia, tortura y algunas de violencia sexual”.

Los nombres de Diana Alejandra Pulido, de 26 años; Mile Virgilia Marín, de 31; Stephanie Magón Ramírez, de 23 años y de Sara Ramírez Bonilla, de 22, están marcados sobre una tela blanca y van siendo rellenados con hilos de color. Las tres primeras murieron o fueron asesinadas en la Ciudad de México y la última en Cancún.

La cantante Diana Alejandra, murió el cinco de julio de 2012, presuntamente al caer del balcón de un departamento ubicado en la colonia Polanco; Mile, fue asesinada el 31 de julio de 2015, en la colonia Narvarte, junto con el fotoperiodista, Rubén Espinoza; la activista, Nadia Vera; la maquillista, Yesenia Quiroz y una empleada doméstica de nombre, Alejandra.

La modelo, Stephy, murió el 30 de julio pasado; las autoridades manejan como hipótesis principal, un supuesto suicidio o la caída accidental de la joven, desde el balcón de su apartamento, en la colonia Nápoles. Su cuerpo desnudo quedó sobre el asfalto.

El caso de Sara ha pasado ha pasado literalmente desapercibido desde que la Fiscalía de Quintana Roo manejó como versión preliminar que el 30 de julio pasado, la joven –presuntamente bajo los efectos del alcohol- se aventó o resbaló del balcón de un octavo piso del hotel Villas del Palmar, localizado en Punta Sam, en la zona continental de Isla Mujeres, cerca de Cancún.

“La prensa sicaria sacó una nota terrible, tendenciosa, criminalizándola, pero la familia ya está moviéndose en México para que se investigue lo que realmente ocurrió con su hija y encuentran que hay mucha opacidad; no han tenido acceso a la autopsia, al parecer les pidieron que antes de llevarse el cuerpo lo cremaran y del tema nadie volvió a saber nada.

“Sabemos que la familia sospecha que su hija fue asesinada y que la policía probablemente esté involucrada o esté incurriendo en omisiones dentro de la investigación”, expresó Carmona.

La activista indica que en las cuatro historias hay varios factores en común: Los indicios de violencia en los cuerpos de las víctimas; son jóvenes y bellas; su criminalización, por ser mujeres y por ser extranjeras; la intención de desacreditarlas mediáticamente y la torpeza de las autoridades para investigar lo que realmente les ocurrió.

“No sabemos lo que de verdad les pasó a estas mujeres. Lo único claro aquí es que las mataron o que murieron en territorio mexicano y que las autoridades están rebasadas, porque no han sido capaces de establecer una versión creible y sólida.

“Nosotras y nosotros estamos aquí, en Cancún, en el Parque de las Palapas, nombrándolas, visibilizándolas, intentando devolverles la humanidad que la prensa y las autoridades les arrebatan también. Y aquí vamos a seguir; desgraciadamente no vemos indicios de que la violencia feminicida se detenga o disminuya en México”, subrayó.

Rodeada de vecinas, de maestras disidentes del magisterio en Quintana Roo; de hombres y mujeres que se mantienen en esta iniciativa ciudadana, añadió que cada vez se necesitan más manos para bordar más y más pañuelos dedicados a las víctimas de la violencia en contra de las mujeres y las niñas y convocó a la comunidad a sumarse.

Tere Carmona es representante en Cancún del movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Particularmente este domingo dedicó su bordado a la memoria de su hijo, Joaquín, quien fue asesinado hace seis años en la Ciudad de México, lo cual detonó su incursión para involucrarse en acciones relacionadas con el apoyo a víctimas, el fomento de la paz, la construcción de ciudadanía y el respaldo a diversas causas, como la lucha magisterial, la defensa de las y los periodistas y el cese de violencia en su contra; el freno a los feminicidios, la defensa de los recursos naturales, entre otros.

jram

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