La Iglesia no incita al odio, al desprecio ni a la discriminación en contra de la comunidad homosexual, sólo delimita y fija su postura de respeto entre el matrimonio tradicional y las uniones entre personas del mismo sexo, aseguró el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.

El prelado afirmó que la oposición a que se llame “matrimonios” a las parejas del mismo sexo, no es homofobia, sino respeto a la naturaleza humana. “No es cosa de fe, sino de simple observación del orden natural, oponernos a que se dé ese calificativo a esas uniones, no es por ofender a esas personas, sino por defender lo que es propio del ser humano”, precisó.

Aunque, señaló que aprovechando la circunstancia del múltiple crimen de Orlando, se oyen voces que dan a entender que la oposición de las diferentes iglesias del país, católicas y evangélicas, a la iniciativa presidencial de reconocer como “matrimonio” a las uniones de homosexuales, puede provocar violencia contra éstos, y que “nos deberían investigar si incitamos al odio y al desprecio contra quienes tienen esa orientación”.

“! No hay que ser oportunistas! Nunca incitamos a la discriminación…quienes defienden la homosexualidad como si fuera algo “natural”, nos achacan que somos homofóbicos, que somos culpables de que no se les quiera y de que algunos les insulten y desprecien, sostuvo Arizmendi Esquivel.

En el documento “Actitud ante los homosexuales”, el obispo chiapaneco rechazó que exista homofobia en la oposición a que se llame “matrimonios” a las parejas del mismo sexo. No es homofobia; es respeto a la naturaleza humana, no es cosa de fe, sino de simple observación del orden natural, oponernos a que se dé ese calificativo a esas uniones, no es por ofender a esas personas, sino por defender lo que es propio del ser humano, asentó el líder espiritual.

En sus argumentos, Felipe Arizmendi refirió que el catecismo de la iglesia católica, aprobado en 1992, indica con claridad cuál debe ser la actitud ante los homosexuales. “La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo, reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas, su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado”.

El obispo pidió respeto para las personas de orientación homosexual. La mayoría, enfatizó, no son responsables de ello, sino que sufren por lo que su historia familiar les provocó, “ofrezcámosles, si lo aceptan, el camino cristiano que es de castidad, de amor y de paz.

erp

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