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La catedral del Señor de Tabasco y cinco iglesias más, recurren a sistemas de videovigilancia para cuidar las limosnas y a sus feligreses. Ante el incremento de asaltos, algunos templos decidieron cambiar sus horarios para cuidar a sus fieles.

“Hay una descristianización de la familia, ya no hay valores y al haber una falta de Dios en la familia, pues todo se ha perdido. Ya no hay nada sagrado para ellos”, señala el padre Jesús Gómez Hidalgo, encargado de la administración de la catedral, quien a su llegada —hace más de un año— decidió comprar 16 cámaras para tener vigilancia en el recinto.

En entrevista con EL UNIVERSAL revela que además del sistema de monitoreo —con valor de más de 80 mil pesos—, tiene pensado instalar un botón de pánico para que cuando ocurra un robo suene la alarma y se cierren las puertas de las instalaciones.

“Quizá sea más costoso, pero si está en puerta es por prevención. Llegan personas a pedir, a exigir y a amenazar, así que ante cualquier intimidación, un botón de pánico y vienen los guardias”, confía.

Refiere que cuando llegó a la Diócesis de Tabasco se presentaba por lo menos un cristalazo cada domingo y ahora han disminuido.

“Inicialmente pusimos cámaras sencillas, pero ya estamos poniendo más sofisticadas; desde hace seis meses hay una cámara inteligente que da vueltas dentro del templo”, señala

El padre Jesús narra que hace un mes una señora fue amenazada en el atrio. “Le pusieron una navaja y la obligaron a darles dinero”. Reconoce que no es experto en seguridad, pero este tipo de actos lo llevaron a documentarse sobre las características de cámaras y otros dispositivos.

“Hay personas que ya saben en que iglesia hay más gente y pueden robarlas. Aquí cuando hay reuniones llegan pidiendo limosna para algún familiar y muchas veces es mentira, porque se les ha investigado”, refiere.

En Tabasco son 95 parroquias que en total tienen 2 mil 600 ermitas, las cuales han cambiado sus horarios de atención e incluso han llegado a cerrar durante casi todo el día.

La catedral de Tabasco no es la única donde se han instalado cámaras de vigilancia, también en otras iglesias se ha tomado esa medida porque la delincuencia ha ingresado a robar cosas materiales, arte sacro no, porque son pocas las que cuentan con ello, pero incluso hasta el Santísimo (materiales para comulgar) se han llevado porque piensan que el caliz es de oro.

Otras parroquias que han decidido protegerse con cámaras de video son: La Concepción, Santa Cruz, el Espíritu Santo y el Santuario de la Virgen de Guadalupe; en cada una, por lo menos, se han instalado hasta siete equipos de vigilancia.

Cambian horarios. La inseguridad que se vive en Tabasco ha orillado a la Iglesia católica a cambiar sus horarios de atención a los feligreses: “Las ermitas donde se practicaba el rito de la adoración perpetua, que regularmente estaban abiertas toda la noche para su oración, se han tenido que cerrar”, explica el padre Jesús.

“En muchas parroquias hay unas capillitas que se llaman la Adoración Perpetua, donde pasan toda la noche en oración, pero en algunas tienen que cerrar a las 11 o 12 de la noche, pues ya nadie quiere estar hasta ciertas horas por la inseguridad. Hay temor a ser asaltados, eso ha disminuido la adoración, pero no en todas las parroquias”, dice.

La Iglesia de San Francisco de Asís, que tiene más de 340 años de fundada y que se encuentra ubicada en la zona chontal del estado, en Tamulté de la Sabanas, ha decidido cambiar sus horarios; ahora permanece cerrada de lunes a viernes durante todo el día y sólo abre sus puertas los fines de semana, que hay más actividad. Esto se debe, cuenta el padre Miguel Angel Camacho, a que les han robado ventiladores, computadoras y algunos otros objetos materiales.

Los santos, por su valor económico e histórico, permanecen bajo candado. Figuras como la de San Francisco de Asís, El Cristo, El Cristo del Buen Viaje y la Virgen del Rosario, datan de los siglos XVI y XVII, razón por la que se decidió protegerlas.

El padre Jesús, encargado de la catedral del señor de Tabasco, no previó que este tipo de situaciones fuera a ocurrir; llegar a poner cámaras de video dentro de una iglesia.

“Yo voy a cumplir 30 años de sacerdote y nunca había vivido tanta inseguridad, tanto vandalismo. Antes la gente respetaba y nadie se metía con la iglesia”, concluye.

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