Orizaba.— Frente a 60 líderes de opinión de la región (rectores, líderes sociales, campesinos, obreros, doctores, arquitectos, ingenieros y empresarios), el alcalde priísta del municipio veracruzano de Orizaba, Juan Manuel Díez Francos, lanzó una pregunta cuya respuesta esperaba que fuera negativa y airada.

“Pienso donar, de forma personal, una estatua de don Porfirio Díaz; quisiera su opinión como líderes de opinión de la ciudad sobre los efectos que tendría para Orizaba”, soltó ante un auditorio enmudecido.

El primero que se puso de pie —recuerda— fue César Silva, líder regional de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y del Sindicato de Trabajadores de las Fábricas Textiles de Río Blanco, donde se gestó una de las más importantes luchas obreras de México durante la dictadura porfirista.

“Es un patriota y merece y tiene todo el respaldo”, le contestó el dirigente sindical ante la mirada incrédula de la autoridad municipal. A los pocos segundos, se paró de su asiento un “diputado” de las Logias Masónicas y recordó a la concurrencia: “Porfirio Díaz fue un masón”.

En una votación, la mayoría, si no es que la totalidad, le dio su respaldo al munícipe para emprender lo que llevaba en mente planeando desde muchos años atrás.

Ahora, desde esta región, se rendirá homenaje a uno de los personajes de la historia mexicana más controvertidos: el general José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, conocido popularmente como Porfirio Díaz.

Y lo harán con una estatua de bronce de cinco metros de altura que será colocada en pleno centro de esta ciudad de Orizaba, enclavada en la zona montañosa central.

Con el respaldo de los líderes de opinión de la región y con el aval del Cabildo en pleno, el presidente municipal decidió pagar de su bolsillo la gran efigie que será colocada en la ciudad.

“No sé sí lo aprueben los políticos, pero, la verdad, no me interesa, me vale madre...”, suelta el empresario que, por segunda ocasión en 10 años, fue electo alcalde con una de las votaciones más altas del estado y del país.

Desde su despacho principal, reconoce que seguramente recibirá críticas de algunos sectores, pero considera que ha sido “injusta” la manera en que han calificado la actuación del general Porfirio Díaz.

“Para mí es un personaje como todos, con cosas buenas y malas (...) puso orden al país, creo que fue una persona que entró en un momento difícil, es el individuo que vino a darle soberanía a México”, afirma.

Con más de 40 distribuidoras de automóviles en distintas regiones del país, el munícipe ha donado su salario íntegro en todos sus cargos de elección popular (alcalde, diputado federal y ahora nuevamente presidente municipal) para organizaciones altruistas y para impulsar entrega de apoyos en diversas épocas del año.

Con parte de su salario, decidió mandar a hacer la estatua de quien ejerció el cargo de presidente de México en nueve ocasiones al polémico escultor poblano Bernardo Luis Artasanchez, autor de monumentos como el de Vicente Fox.

“Para Orizaba fue una persona importante, le dio modernidad, prosperidad; aquí nació la educación con Enrique Laubscher (quien en 1883 fundó la Escuela Modelo de Orizaba) y modernizó la ciudad con la industria textil, ferrocarril y la cervecería Moctezuma que nació con Porfirio Díaz”, relata orgulloso.

Con críticas en su contra por la mano dura al ejercer la autoridad, en las tres elecciones, ha obtenido las votaciones más altas en el estado e incluso llevó a Orizaba a ocupar el primer lugar nacional en el índice de paz metropolitano México, presentado por el Institute for Economics & Peace.

Durante sus gestiones, la ciudad pasó de tener dos museos a 10 y de contar con dos patrullas y media (porque una sólo tenía dos llantas) a cerca de 200 unidades de la Policía Municipal.

“En charlas de café se habla mucho de que no se le hacía justicia a un personaje tan importante en la historia de México y lleva 100 años que no se le hace justicia y tomé la decisión propia de hacerle un homenaje al militar y a este personaje estupendo”, agrega Díez Francos.

Dialogó con los integrantes del Cabildo municipal (seis regidores), quienes le dieron su aval para que la estatua sea colocada en la Plaza Bicentenario, construida en 2010 a un lado del ex Convento de San José y que se ganó el primer lugar como mejor rescate de espacios públicos del país.

“Sacó al país del caos, de la bancarrota económica y le dio paz, lo condujo a una ruta de progreso, orden y paz. ¿No queremos eso ahorita? En aquel entonces con las circunstancias que se vivían en el mundo, puso en progreso al país y el peso estaba a la par que el dólar y hoy llevamos como dos mil devaluaciones”, insiste.

Rechaza que haya sido la historia quien dejó mal parado a Porfirio Díaz, sino algunos “historiadores pagados por políticos” que no les interesaba que el régimen porfirista brillara y que sólo brillara la Revolución. Al final, recuerda, la historia la manejan los vencedores.

A la par de la develación de la estatua, que se efectuará en un par de días, Díez Francos organizó diversas conferencias y charlas con periodistas, personal de la milicia retirado e historiadores.

Y mientras la estatua en bronce se encuentra lista, con todas las condecoraciones militares y de gobiernos extranjeros que recibió Díaz en su pecho, el alcalde recuerda palabras que le dijo su padre: “la ingratitud es la amnesia del corazón”.

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