Miles de libros fueron sacados en carretillas y arrojados al piso en la Plaza Expiatorio, anexa al templo del mismo nombre, por un mandato de desalojo del Poder Judicial dentro de un juicio civil desfavorable para el propietario de la librería El Lector Empedernido.

Cargadores tiraron estanteros y obras literarias en la explanada la tarde de este viernes ante la mirada de jóvenes estudiantes que se detenían indignados al lado del propietario de la librería, José Espinoza Puente, a quien daban consuelo.

La diligencia judicial se realizó momentos antes de una intensa lluvia, por lo que una persona se apresuró a llevar una lona para cubrir los ejemplares de medio uso de diversos temas y hasta el anochecer parte del acervo seguía en el lugar humedecido.

En plena diligencia, transeúntes se detuvieron para acomodar en pilas los libros que estaban en montones y regados, y a través de las redes sociales hicieron llamados para que se brindara auxilio para evitar su destrucción; entre los títulos que se apreciaban había de literatura antigua y otros géneros. Ninguna autoridad de la Cultura respondió al llamado, sólo un particular se ofreció a prestar un vehículo para el traslado.

“Pasar por el Expiatorio y ver con tristeza un cerro de libros desperdigados por el suelo y a un muy triste Lector Empedernido contemplando cómo lo desalojaban…”, escribió Jenny PG en su muro de Facebook.

La librería estaba abierta al público desde hace 14 años, en un local ubicado en la calle Madero número 616 del Centro Histórico, en medio de casas antiguas y negocios de alimentos que ahora en su mayoría se han convertido en antros.

El dueño del Lector Empedernido señaló que al inmueble del que fue desalojado pretenden convertirlo en una cantina, y aseguró que estaba al corriente de sus rentas mediante depósitos en un juzgado civil, además de que había promovido un amparo.

cg

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