Nicolás Ruiz.— En este municipio enclavado en la región centro de Chiapas, la propaganda política es inexistente y ningún partido gobierna.

Sus aproximadamente seis mil habitantes se rigen por usos y costumbres, que impiden a las mujeres ocupar cualquier cargo en la administración municipal, situación que ha puesto en riesgo la jornada electoral del 19 de julio próximo.

Al entrar al poblado, después de pasar más de dos horas de veredas y caminos de terracería en la conocida selva baja de Chiapas, sus calles lucen sin propaganda política porque todos saben que el señor Filadelfo Juárez López —dedicado al campo— es el único candidato; desde el 30 de abril, los 667 pobladores que integran la Asamblea Comunal lo eligieron como su próximo presidente municipal.

La cuota de género —que la ley dicta para registrar candidaturas en todo Chiapas— ha puesto en aprietos a la administración de la localidad.

Los comuneros se niegan a aceptar que mujeres sean incluidas en la única planilla que se ha registrado.

Los pobladores narran a EL UNIVERSAL que desde hace 100 años —con su primer alcalde, Anastasio Pérez,— la Asamblea Comunal es la única que tiene voz y voto en la designación de los gobernantes. En todo ese tiempo ningún regidor, síndico o alcalde, ha sido del sexo femenino.

“Esos son nuestros usos y costumbres desde hace más de 100 años, desde que nuestros abuelos vivían, así se ha decidido a los presidentes municipales y su planilla”, declaró el actual secretario municipal, Mariano Moreno, quien despacha en el viejo Palacio de Gobierno ubicado en el centro del municipio.

De los 122 ayuntamientos en el estado, 30 se rigen por usos y constumbres y Nicolás Ruiz es el único que no ajustó su planilla a la paridad de género 50-50, como lo ordenó el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) de Chiapas, a unos días de la elección para alcaldes y diputados locales.

Esta situación ha detonado un serio problema: que la planilla informara al organismo electoral chiapaneco que impedirán la instalación de las casillas en los comicios, esto si es que el IEPC se niega a darles el registro a la planilla integrada por al menos siete hombres.

Al pie del Cerro de la Lanza, símbolo de la localidad chiapaneca, los pobladores se mantienen en resistencia. Su candidato, Filadelfo, no se encuentra en la comunidad, ha viajado a Tuxtla Gutiérrez para llegar a un acuerdo con la autoridad electoral estatal y que se realicen unas elecciones extraordinarias, siempre y cuando desistan de incluir a mujeres en la planilla.

Gobierno del PVEM. A pesar de sus usos y costumbres, la Asamblea Comunal de Nicolás Ruiz, desde unas administraciones atrás se apegó a las reglas electorales y permitió que los alcaldes fueran representados por un partido político sin que se metieran en sus acuerdos comunales.

En primer lugar, narra el secretario municipal, los alcaldes eran representantes del PRD; sin embargo, “este partido no nos cumplió”. Actualmente hay un problema con el abasto de agua y se les ha negado recursos para pavimentar los dos caminos que comunican al poblado con los municipios vecinos de Venustiano Carranza y Nuevo León.

A pesar de que el gobernador Manuel Velasco Coello ha visitado sólo una vez —en sus tres años de administración— a los pobladores de Nicolás Ruiz, la Asamblea Comunal decidió que este año fueran representados por el PVEM, partido que abanderó al mandatario estatal en su camino a la gubernatura en 2012.

“Pero estamos inconformes con el trabajo de los partidos, nos han prometido mucho pero no hacen nada”, sostiene el tercer regidor, Benito Juárez Fonseca.

De clima caluroso y una extensa vegetación, como gran parte de Chiapas, esta localidad es uno de los pocos focos amarillos que preocupan a las autoridades electorales porque ningún candidato fue registrado y corre el riesgo de que la instalación de casillas sea frenada.

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