Agustín Gómez Pérez, el , el 5 de diciembre pasado, para exigir la libertad de su tío Florentino Gómez Girón, regresó este miércoles a su comunidad Chingtón, en el municipio de Ixtapa, luego de una hospitalización de más de seis meses en la ciudad de México.

Agustín, de 21 años, aseguró que no está arrepentido de haberse incinerado en un 80% del cuerpo para lograr la libertad de Florentino.

"No me arrepiento, lo que hice fue consciente, no me arrepiento de nada", sostuvo.

Enfatizó que tomó la decisión de "inmolarse" para que el gobierno los escuchara y viera "nuestro reclamo de justicia y libertad para mi tío Florentino, injustamente preso".

Florentino se encontraba procesado en el centro penitenciario El Amate del municipio de Cintalapa de Figueroa, por el delito de abigeato.

Acompañado de sus padres Esther, Hermisendo y de Florentino, el joven se presentó con la cara y las manos vendadas.

Leyó un documento donde precisó que la determinación de prenderse fuego fue suya, después de la indiferencia gubernamental a las acciones previas de huelga de hambre, "crucifixión", suturación de labios y extracción de sangre.

Gómez Pérez explicó que las quemaduras afectaron la parte superior de su cuerpo, rostro y manos, y aunque con algunas dificultades, por ahora, puede ver, oír y respirar.

Señaló que continuará con los tratamientos médicos y cuidados especiales para continuar su proceso de recuperación al lado de sus familiares.

Este mediodía retornó a Chingtón, en la región Centro de Chiapas, acompañado de familiares y lugareños en una caravana de ocho vehículos.


spb

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