Juan Carlos Vives, autor de la puesta en escena El Inmóvil lo advierte: "la risa es libre albedrío del público", porque la tragedia que viven los tres personajes principales de la historia pueden dividir el ánimo de los espectadores, ya sea que se les haga hilarante la situación que viven, o sientan tal empatía con lo que les pasa que lleguen a sentirse identificados.

Durante un seminario impartido en el Centro Cultural Helénico, Vives creó esta obra que cuenta la historia de tres personajes, un vendedor de cocinas, una quiropráctica y una terapeuta holística, que son víctimas de un vendedor de bienes raíces, a quienes ofreció la misma casa. Con su patrimonio comprometido, este trío tendrá que lograr alianzas para lo lograr quedarse con lo que creen les pertenece, así tengan que echar mano de argucias como el chantaje.

"Hay papeles ocultos, hay cosas turbias, hay ilegalidad e impunidad en este contexto, palabras que nos suenan muy de cerca en los últimos tiempos; y de todo lo que somos capaces los seres humanos para conseguir lo clandestinamente adquirido", explicó Juan Carlos Vives.

Pero la casa, testigo inmóvil del conflicto, se convierte en el mero pretexto para abordar otros aspectos de la historia oculta de estas figuras, que tienen diferentes motivaciones para quedarse con lugar, por eso la escenografía apenas dibuja los contornos de este lugar tan codiciado.

"Estos personajes tienen por alguna razón algo que ver, pero eso lo van a ir descubriendo, entonces aprovechan eso que saben del otro para defender este espacio que tanto trabajo les ha costado conseguir, aunque todavía no es de ellos. Utilizan esa información de distintas maneras, a partir del chantaje, la amenaza o del hostigamiento, para tratar de defender ese espacio que significa más allá del plano físico, lo que vemos es la develación de estas partes oscuras de ambos", explicó Emma Dib, aun luciendo el vestuario de la experta en temas holísticos.

Guadalupe Damián señaló que esto es muy común tanto en la ficción como en la vida real, porque siempre que hay dinero o un conflicto de por medio, el ser humano se va a dejar ver tal cual es, hasta con sus facetas más oscuras. "Lo de menos es la lucha del inmueble, sino que cada personaje se irá encontrando con su historia, qué tiene que hacer, qué se tiene que perdonar, este inmueble los confronta con ellos mismos y con todo su pasado".

Uno de los retos que tiene esta puesta en escena, es que tanto Emma Dib, Guadalupe Damián y Juan Carlos Vives tendrán que interpretar nueve personajes más, que no son más que algunas de las caretas que las figuras principales de la obra usan a diario, pero que en esta ocasión deberán quitarse una a una si es que quieren quedarse con la casa.

Con El Inmóvil se festejan los nueve años de la compañía Búho Grande Teatro, cuya elección no tuvo otro motivo más que ser la obra que seguía para ser montada. Se estrenará en el Foro La Gruta el 7 de febrero, donde permanecerá hasta el 25 de abril.

sc

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