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Asegura María Aura que fue una niña que nunca hizo travesuras a su mamá.

“Era súper ñoña y bien portada”, exclama la actriz quien, acepta, ya de grande no entendía el modo de actuar de ella.

Pero las cosas cambian y, ya siendo madre, ha comprendido varias cosas.

“Tuve la suerte de tener una mamá loca, trabajadora, diferente; ahora ser mamá me ha hecho una mejor persona, de niña no hice travesuras, pero de grande ya y no las voy a contar”, señala divertida.

Desde el viernes Aura se integró al reparto de Casa Matriz, puesta en escena donde interpreta a Bárbara, una joven mujer que contrata los servicios de una actriz (Mónica Dionne) para que funja como su madre.

En un solo acto de 80 minutos, ambas navegan por distintas facetas: la mamá desapegada y la hija triste; la primera puede ser humillante y, la otra, hasta rebelde; Bárbara llega a llorar su muerte y, la contratada, hace lo posible por hacerla reír.

“Es una obra divertida y, ahorita, estoy nerviosa y emocionada. A mí me gustaría saltarme los estrenos y llegar ya sólo a la temporada, pero es algo que hay que vivir”, acepta.

Casa Matriz comenzó temporada de cuatro semanas en la Teatrería, espacio para más de 100 personas, en la Roma.

A diferencia de la versión hecha en el teatro Ramiro Jiménez, la historia se desarrolla en la casa de Bárbara. En aquella, sucedía en las instalaciones de la empresa.

Mario Mandujano, productor de la obra, informa que Dominika Paleta, quien inició la aventura hace meses, alternará ocasionalmente con Aura.

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