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“Yo nunca he tenido que justificar, renegar, o explicar de mis orígenes, sobre mi educación. En el rap he encontrado un espacio para hablar de las cosas que me incumben y mi música ha sido importante para la gente que se encuentra en una situación parecida”, reconoce el rapero Tino el pingüino.

Es así que Franco Genel, nombre real del artista, dice que su último disco, De vuelta en el lodo, refleja las vivencias en la Ciudad de México —que para él siempre será el Distrito Federal— y el día a día, no de un rapero, sino de un ciudadano más que sufre con el tráfico en hora pico, pero que también goza de comer carnitas en el mercado.

“Es un disco que podría ir más a un rap indie, es diferente a lo que hoy en día es la tendencia dentro del género, me queda claro que no es lo que están escuchando los niños ahora”.

Aunque Tino piensa que su disco podría causar impacto, aunque no inmediato, no le interesa catalogar su éxito por el número de personas que lo escuchen por el momento.

“Mientras pueda estar ocupado mostrando mi trabajo y cumpliendo con mi agenda yo estaré contento, más allá de lo que pasa con la música”.

Regularmente la recepción activa de trabajos de artistas contemporáneos de la ciudad es parte importante de la vida del rapero: actuar como un partícipe de los problemas ha provocado que llegue a creadores, principalmente literatos, que interpretan de una manera peculiar las problemáticas actuales. Gracias a esto las primeras palabras que podemos encontrar en el disco son extraídas de una entrevista a Guillermo Fadanelli, un escritor chilango que durante los últimos meses se ha vuelto uno de los favoritos de Franco, y del que no ha dejado ni una de sus novelas sin leer.

“Me hice muy fan de Fadanelli y en mi intento de buscar recursos que no sean necesariamente los míos, o con los que estoy familiarizado, estaba pensando en cómo se podría hacer el intro para que fuera interesante y diferente a todas las cosas que había hecho y di con estas palabras de Fadanelli y de ahí lo agarré, es la forma de integrar las cosas que a ti te gustan y que significan algo importante en tu música”.

Junto al fanatismo a este escritor existe una identificación en las letras de Tino, ambas creaciones muestran de forma particular cada uno de los problemas sociales y políticas.

Momento de aprendizaje. Hasta el momento, y después de una presentación grande el año pasado, las vivencias han sido varias y la forma de realizar conciertos ha cambiado, ha habido lugares donde van 10 personas y otras fechas donde la gente se queda sin boleto, pero eso siempre será parte de un aprendizaje constante.

Y como parte de este conocimiento adquirido por una gran gira que inició en Sala el 2 de septiembre del año pasado, esta vez, el cantante se ha decidido por un show mayor hoy en El Pasagüero acompañado de gente más experimentada y un Tino menos propenso a cometer errores.

“Ahora tenemos más masticado el show, hemos tocado uno similar en varios estados y ya aprendimos, a la mala, que para meter promoción de un disco debes armar primero presentaciones en otras ciudades y después venir a la más importante”.

El concierto tendrá como plato principal la presentación oficial de su último disco. “Vamos a meter canciones que no hemos tocado en vivo, va a ser totalmente diferente a la presentación en Sala el año pasado”, asegura.

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