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Metallica es de esas bandas que nadie puede odiar, de esas agrupaciones que jamás se harán viejas y que lo mismo reunirán a niños y adolescentes que al oficinista que llegó con traje, corbata y zapatos para sacar su lado más metalero al escuchar los primeros riffs de Kirk Hammett o los acordes de Robert Trujillo.

Para los más de 50 mil espectadores que anoche se dieron cita en el Foro Sol de la Ciudad de México, Metallica no es cualquier banda, para ellos es “La banda”, por ello no les importó esperar más de cuatro horas de pie o en sus asientos de concreto, con tal de ver a su grupo de regreso.

La agrupación sabe el respeto, admiración y sobre todo la veneración que se le profesa en este país, por eso repetirá la experiencia de ayer con otro concierto mañana y el domingo en el mismo lugar.

Por ello sus integrantes no se cansaron de alabar al público nacional durante las casi dos horas que duró el show.

“¡Ohhh México! Ustedes me hacen sentir bien, este es nuestro segundo hogar, no importa de dónde son, cómo lucen, cómo visten, ustedes son parte de la familia Metallica”, expresó el vocalista James Hetfield en una de sus primeras intervenciones.

El pretexto fue su nuevo disco Hardwire... to self- destruct, el cual apenas salió a finales de 2016, pero lo cierto es que con disco o sin disco los fans igual hubiesen atascado el lugar como lo hicieron ayer.

A diferencia de su anterior visita en julio y agosto de 2012, la banda angelina apostó por un recinto más amplio que el Palacio de los Deportes, el espectáculo que trajeron lo ameritaba.

En esta ocasión no hubo ataudes volando, escenario en forma de cruces ni hombres ardiendo en llamas, lo que sí no faltó fue la estridencia y la espectacularidad con la que siempre presentan sus shows.

Ahora el grupo optó por gigantescas pantallas LED y una extensa pasarela sobre la que sus integrantes desfilaban haciendo que la eufórica audiencia se desbordara de emoción.

El show comenzó con un extracto de la cinta de Clint Eastwood "El bueno, el malo y el feo", que fue acompañada por el tema musical “The ectasy of gold”, que Ennio Morricone escribió para el filme de Ettore Scola.

Ese sólo fue el preámbulo para una noche en la que se mezcló los 34 años que la banda tiene sobre los escenarios. Así se pudieron escuchar temas de su nuevo álbum como "Hardwired", pero también otros clásicos en su discografía como “Memory remains”.

“Hola amigos y amigas, disculpen por ser tan ruidosos, aquí realmente estamos muy cerca de ustedes”, dijo James en una de sus intervenciones en las que exhortaba a los fans a ser ruidosos y disfrutar.

Hetfield recordó el incidente que vivió el mes pasado en la entrega de los Grammy junto a Lady Gaga, cuando su micrófono no sirvió y su voz no se escuchó. El músico ahora verificó que sí sirviera diciendo: “Me escuchan, todos escuchan”, antes de interpretar “Moth into flame”, mismo tema que cantó en la citada gala musical.

Canciones de su nuevo material como “Halo on fire”, “Now that we're dead” retumbaron en el recinto que escuchó por primera vez estas canciones.

Por el foro se veían desfilar a muchos “Trujillos”, “Ulrichs” y uno que otro Hetfield, todos queriendo homenajear a su banda.

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