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Unas adolescentes ataviadas con máscaras de zorro ejecutan con energía pasos de baile al ritmo de las notas de heavy metal que sacuden sus ampones vestidos en rojo y negro, un musculoso luchador vestido de porrista asombra con sus guturales y una diva virtual, cuya voz es emitida desde un programa de computadora, enloquece con un holograma como figura.

“¡Ankoru! ¡ankoru!” (¡otra!, ¡otra!) gritan los mexicanos, que no quieren dejarlos ir del escenario cada que se presentan en tierra Azteca.

Muestra de este furor fue 2015, año sin duda satisfactorio para todos los amantes de la música japonesa, en el que conciertos como los de Ai Maeda, BABYMETAL, Girugamesh, SCANDAL, Kamijo, °C-ute, LiSA, VAMPS, Asian Kung-Fu Generation, Dir en Gray, Jupiter y Eir Aoi dejaron un buen sabor de boca a los fans que tuvieron la oportunidad de disfrutar de sus shows en la capital del país.

Este año, el fenómeno se consolida con agrupaciones diversas en géneros como Kalafina, ROOKiEZ is PUNK’D, The Gazette, el cantante de metal y luchador LadyBeard —un australiano que se inspiró en Japón para su show—, el grupo de rock SuG, las divas de Tokyo Brass Style y hasta la intérprete vocaloid Hatsune Miku, una diva virtual que canta usando un software de síntesis de voz que se popularizó desde 2007. Hace unos días, también Yoshiki Hayashi, líder y baterista de la banda de metal progresivo X Japan —agrupación que ofreció concierto en nuestro país en 2011— estuvo de visita como invitado del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) para presentar el documental de su banda We are X, así como el regreso del grupo al estudio de grabación.

Mientras, a la espera de más seguidores de la música del país del Sol Naciente, se encuentran confirmados para esta segunda mitad del año el regreso del artista de visual kei —género musical relacionado al punk rock y el heavy metal— Kamijo; el grupo, también de este género, G.L.A.M.S, el regreso de la princesa del pop japonés LiSA y, por primera vez, la visita de Band Maid, de la banda de power metal Galneryus y el rock y rap de FLOW para diciembre.

Espacios como el Circo Volador , el Plaza Condesa, el Lunario del Auditorio Nacional, SALA, Pepsi Center, Expo Reforma, el Teatro Metropólitan, el Teatro de la Ciudad, Salón Cuervo, Auditorio Blackberry y el Centro de Convenciones Tlatelolco, han dado cobijo a las agrupaciones y los fans de la música nipona, gracias a Expo manga Cómic TNT desde 2001, y los promotores LoveJapan Entertainment, Dilemma Conciertos, Zepeda Bros, la Academia de Cultura Asiática Ninshi y J’Fest/J’Live, quienes han encontrado en los fans de la J-Music un mercado apenas antes considerado.

Los primeros esfuerzos

Pero la reciente saturación del mercado de artistas provenientes del país del Sol Naciente no siempre fue así. En comparación con la ola coreana (Hallyu), que creció a pasos agigantados desde la visita de Wonder Girls, quienes fueron teloneras de los Jonas Brothers en 2009 en la Arena Monterrey y que se consolidó con exponentes como Xia Junsu, MBLAQ, Super Junior, Infinite, BTS, Big Bang, U Kiss y eventos especiales como el Music Bank, el K’Show y el Key Soul, del año 2014 para atrás son pocas las menciones de músicos japoneses en nuestro país, menos aún en un auditorio propio.

Los pocos artistas que visitaban México como Blood en 2005, Hironobu Kageyama en 2007, JAM Project en 2008, Nobuo Yamada en 2008 y Haruko Momoi en 2009 y 2011 tenían que conformarse con los pocos minutos que una convención de cómics pudiera brindarles, con sus propuestas, por ese entonces, a un precio de alrededor de 40 pesos o gratis, como lo fue en Expo Cómic Poder Joven en 2008 y 2009.

“En Expo TNT ya teníamos experiencia con bandas japonesas con poco cartel como Blood, pero se nos dio la oportunidad de tener un espectáculo japonés más reconocido en 2006 cuando la organización del World Cosplay Summit nos aceptó como evento calificativo para un representante mexicano en la competencia de cosplay —disfraz basado en animaciones y cómics japoneses— que ellos organizan cada verano en Japón, así llegó para febrero de 2007 Hironobu Kageyama, cantante de los temas de Dragon Ball Z en el World Trade Center.

“Representantes de TV Aichi vinieron en 2006 a evaluar Expo TNT y fue esto lo que brindó la posibilidad para que pudiera estar un artista japonés”, cuenta Carlos Edwin Guzmán, director de invitados de Expo Manga Cómic TNT desde hace 7 años y el responsable de traer a dicho evento artistas como Omoi Tomoe, Haruko Momoi, Masami Okui, Aki Misato, Sayaka Sasaki, Aiko Nakano, Mari Iijima, Shinji Kakijima, Nozomi Non-chan y Sana, entre otros.

Guzmán, quien es licenciado en Economía por la Universidad del Valle de México, refiere que la visita de Kageyama fue un parteaguas dentro los espectáculos de estos artistas en nuestro país.

“Los nombres japoneses no eran muy familiares o conocidos en México. Sí, la gente ubicaba perfectamente títulos como Dragon Ball Z o Caballeros del Zodiaco, pero los artistas detrás del título, la mayoría no los ubicaba. Pero al momento de que viene Kageyama, la gente escucha en japonés la canción que han oído en español durante muchísimos años y los hace identificarse, eso es fabuloso”, dice.

Aunque con una cálida recepción en convenciones, pocas agrupaciones como X Japan (2011) y AN CAFE (2009, 2012, 2014) gozaron del privilegio de un aforo propio como El Circo Volador, en esos años en los que el boleto de entrada rondaba de 300 a 800 pesos. Hoy, el segundo precio es poco más del costo de un boleto general para gozar de sus conciertos, cosa que los fans no dudan en adquirir. ¿Por qué? Simplemente les parece diferente, como dice Sandra Pérez, quien a sus 28 años no perdió la oportunidad de disfrutar a la agrupación de kawaii metal BABYMETAL en su primera visita a nuestro país el año pasado y cuyo boleto VIP costó 2 mil 400 mil pesos.

“Me gusta que son niñitas, no son adultos ni son hombres, pues generalmente eso hay en el metal, eso es muy llamativo, el baile es algo fuera de lo común. Antes el metal era Metallica, Korn... pero cuando salió BABYMETAL fue una combinación bastante atractiva para las chicas”, refirió la joven.

Un mercado en crecimiento

La razón de la expansión de la ola de música japonesa se debe a que ya existen más promotoras, porque vieron que el terreno ha resultado rentable, refiere Alejandro Bonilla, director general de J’Fest, una expo enfocada en la música y moda de Japón desde 2011 y en 2014 con el proyecto J’Live, como gira de conciertos para artistas fuera de una expo con el show de Kanon Wakeshima en el Auditorio Blackberry, una cantante del género lolita (o pop barroco).

“Hace 5 años no había oferta pero sí había mucha demanda por el contenido musical y de moda de Japón. Entonces nosotros fuimos pioneros en traer música japonesa junto con Dilemma (X Japan, BABY METAL), entonces al ser los primeros congregábamos muchísimo público y obviamente al ver que había mucha demanda la oferta empezó a crecer. No es casualidad que si vieron que había negocio empezaran a surgir otras empresas que se dedicaran a esto, hasta que comenzó la saturación de la empresa.

Un antecedente parecido comparten Erika Rodríguez y Karla Bravo, directoras generales de LoveJapan Entertainment, quienes debutaron su gira de conciertos con AN CAFE el 20 de noviembre de 2014, un grupo de J-rock que ya había comprobado en México su popularidad en dos ocasiones anteriores en el Circo Volador.

“Por años no hubo nada fuera de las convenciones, comenzaron a traer coreanos pero japoneses ya no. Ese es un tema que nosotros siempre peleamos. El fan japonés está todavía malacostumbrado a la piratería”, señala Karla.

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