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No fue un whats, ni un mensaje de Facebook. Fue una clásica llamada. Un simple telefonazo el que propició que The Cult fuera la banda telonera de esta renovada etapa de Guns N’ Roses. No es cualquier abridor, la agrupación británica es una de las más exitosas de hard rock en el mundo —marcó un parteaguas en este género a mediados de los 80—, además de haber recorrido muchos escenarios con Axl y compañía. “Sólo hablamos por teléfono y ya”, cuenta en entrevista Ian Astbury, fundador de la agrupación.

“Tenemos una historia larga con Guns, desde 1987, en sus primeros conciertos en Los Ángeles y algunas giras, claro, en ese momento qué fácil era meterse en problemas”.

El vocalista de The Cult recuerda que en aquella época las giras se desbordaban y acababan mal: “Un día me quebré el pie en un show y continué, era el tipo de situaciones que no importaban más que vivir el momento”.

A casi 30 años, las dos agrupaciones se han separado, algunos integrantes de Guns dejaron la banda en 1993 y The Cult se desintegró en 1995, pero ambas han optado por reencontrarse. Mientras que la primera se unió parcialmente este año, la segunda ha tenido varios regresos, el último los metió tres años en estudio para crear el álbum Hidden City, lanzado en febrero.

El disco pretende ir más allá de ​lo político, porque si bien es importante hacer​le frente a los discursos que dividen, el músico confía en el poder de la sensibilidad humana y el arte.

“Creemos que el fenómeno de Donald Trump es nuevo, pero no. La diferencia radica en que ahora podemos ver a este tipo de personajes hasta en nuestro celular. La solución siempre es la creatividad, darnos cuenta ​de ​que nuestras acciones tienen efecto”.

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