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Luis Gimeno supo entrar a las casas y ganarse a las amas de casa. El poder de su detergente que hacía “chaca chaca” desde finales de los 70 las cautivaron y, por si fuera poco, su simpatía a través de decenas de personajes desde 1962 a la fecha, primero de papá y luego de abuelo simpático en las telenovelas de Televisa, lo hicieron quedarse.

Ayer el actor de 90 años murió en su casa en la Ciudad de México. Llevaba más de un mes con salidas y entradas al hospital y una salud frágil.

Por la tarde fue velado en esta ciudad y hoy será cremado.

A lo largo de 55 años de carrera, tiempo en que obtuvo las dos medallas honoríficas de la Asociación Nacional de Actores: la de 25 y la de 50 años, también se convirtió en maestro de varias generaciones con quienes compartió los foros de tv y los escenarios de teatro, uno de ellos Beto Castillo, con quien participó en la obra Visitando al sr. Green.

“Fue una maravilla trabajar con él, una de las grandes experiencias de mi carrera y es una pena su muerte, es una gran pérdida para teatro y el medio artístico mexicano. Desgraciadamente se nos siguen yendo los grandes, son hue c os y vacíos que van a quedar ahí muy difíciles de llenar. Lo recuerdo con muchísimo cariño y respeto”, comentó en entrevista.

Torres, quien compartiera Gimeno el escenario durante dos años (también con Ernesto D’Alessio y Sergio Corona) destacó el profesionalismo y destreza frente al público como algunas lecciones que le deja.

“Le aprendí muchísimas cosas, cada función fue una lección de profesionalismo y de actuación. Era el primero en llegar y estar ahí, era con una naturalidad lo que él hacía todo que era sorprendente verdaderamente.

“Al momento de estar en escena con el, cómo surgía esa transformación hacía su personaje y contaba una gran cantidad de anécdotas. Estando en camerinos, de repente nos echábamos un café antes de la función y contaba desde que nació en Uruguay y luego cómo hicieron por ahí casi un barco con sus papás”.

Castillo también recordó la facilidad que tenía el actor de transformarse en cualquier personaje y luego volver a la normalidad.

“Una de las principales cosas que me dejó es esa manera de cómo en un instante ya estaba con su personaje, en el momento de cruzar la puerta ya estaba ahí y ya era otro”.

El Instituto Nacional de Bellas Artes lamentó la muerte del actor nacionalizado mexicano y quien trabajó largas temporadas en la Compañía Nacional de Teatro.

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