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erika.monroy@eluniversal.com.mx
A las jóvenes estrellas de YouTube no les interesa ser parte de los medios tradicionales, sin embargo, reconocen que como nóveles miembros de la industria del entretenimiento aún son subestimados por los “grandes”.
A pesar de eso, no hay mucho que les quite el sueño, porque son capaces de llegar a millones de personas no sólo en su país sino alrededor del mundo.
Tan sólo dos de los youtubers que ocupan el segundo y el tercer lugar en la lista mundial son de habla hispana, Hola Soy German (Chile) y El Rubius (España) son quienes ostentan cantidades por encima de los 20 millones de suscriptores en la plataforma.
Para Rubén Doblas Gundersen, conocido como El Rubius, el talento de youtuber está en el carisma de poder agradar a los otros y además se debe tener la habilidad de editar y grabar buenos videos.
Con más de 10 años en la plataforma, se siente seguro porque como ahora los 30 son los nuevos 20 (tiene 27 años) no necesita “madurar”.
“Aunque no lo crean sí hacemos cosas responsables, como ahorrar, revisar bien contratos, hacer más videos”.
Reconoce que el hecho de no tener un jefe que les diga qué y cómo hacer las cosas les da libertad de hablar de lo que quieran, sin embargo, son conscientes del impacto que tienen.
Tanto es así que han tenido que enfrentar cosas un poco incómodas. Por ejemplo, El Rubius sólo ha hablado una vez de su vida privada y lo hace por evitar la reacción de sus fans.
“A mí me pasó que cuando dije que tenía novia, o muchas chicas se volvieron locas o empezaron a hacerle mucho bullying por redes sociales y pues ella —su novia— la pasó muy mal, así que prefiero no hablar más de eso”, explicó el español, quien estuvo en Mexico en el Club Media Fest, un festival de YouTube en México.
Además enfrentar este tipo de reacciones, asegura ser consciente de la naturaleza de Internet.
“Nosotros nos hemos criado con Internet, desde pequeños, ya sabemos cómo es y cómo funciona este mundo, Internet ahora mismo es muy superficial porque, si no estás feliz, todo el rato te van a criticar, es difícil encontrar un balance en todo eso, aunque intentes ser tú mismo todo el tiempo. Pero la verdad es que si hago un video que a la gente no le gusta mucho, sí me pongo mal y siempre quiero mejorar”.
Acompañado por su equipo: Mangel y Alexby, quienes también se dedican a la producción de videos en la plataforma digital, concuerdan con el problema de la privacidad.
“Ha pasado que alguien me ve salir de mi casa y me sigue y ahora sabe dónde vivo. También ha sucedido que aparecen las críticas y, sí, es verdad que al principio me molestaba; ahora son cinco minutos lo que te enoja cuando mucho. Y, bueno, que los fans lleguen a tu casa sí es algo duro, porque es el último reducto de privacidad que te queda y dices aquí no”, apunta Alexby.
En Internet nada pueden dar por hecho, El Rubius no tiene idea de cuánto durará lo que hace, pero tampoco le apura, pues oportunidades de desarrollarse en otras áreas han llegado. Un libro y participaciones especiales en uno que otro canal de televisión son algunos proyectos que ha visto.
“Lo que sí existe es una verdadera falta de respeto por parte de los mayores hacia nosotros, porque creen que por ser jóvenes no podemos hacer las cosas bien, que no podemos ser creativos y creo que hemos demostrado que sí”, comenta Alexby.
Los tres colegas aseguran que, a diferencia de otros medios que se quiebran la cabeza para llegar a la generación millennial, ellos han sabido hacerlo porque hablan el mismo idioma.
“Todos ellos nos ven porque hablamos como lo hacen ellos con sus amigos, decimos y vivimos las cosas como ellos las harían”, añade Rubius.
Pero reconocen que no les gusta la controversia, por esa razón no tocan temas como la política o el futbol, porque cada persona tiene una opinión diferente en estos temas.
“Para eso está Twitter, ahí tienes 140 caracteres para expresar cosas como esas”, dice el español.
El Rubius explica que visitas a México como ésta, donde fueron invitados, son muestra real de los números que les arrojan sus videos. “Es cuando sabemos que son personas reales, que están ahí y no son sólo un número; venir a México es algo que también hemos ganado por esto del Internet, de otra forma no habríamos venido”.
