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La vida de las estrellas resulta divertida y glamourosa para la gente normal pero de vez en cuando alguna de ellas revela el infierno que pasan en la intimidad, y no a causa de desconocidos sino por las personas con las que comparten una relación y que se han convertido en su verdugo.

El caso más reciente es el de la ex Spice Girl, Melanie Brown, conocida como Mel B, quien sacó a la luz las vejaciones y maltratos que recibió de su esposo Stephen Belafonte durante 10 años.

“Creo que para cualquier persona es difícil reconocer esto, pero puede ser más complicado como figura pública hacerlo”, explicó el psicólogo Alexis Solís, quien ha realizado estudios sobre violencia de género.

“Ellas quieren aparentar que todo está bien en su vida, que todo es fama y fortuna, cuando de hecho están pasando por esta situación. Además tienen la presión social de que todo mundo se va enterar de su vida personal si denuncian. Piensan: ‘no sólo voy a ser sujeta a los estigmas de mi comunidad y mi familia, en este caso, probablemente los de todo el mundo’. Es superar un estigma mucho más grande”.

Mel B explicó que recibía trato discriminatorio por su color de piel e incluso amenaza de destruir su carrera y no dejarla ver a sus hijos.

El caso es paradigmático, según éxplica Solís: “Una de las herramientas más comunes que se utiliza para mantener la violencia física es la violencia emocional, que tiene que ver con disminuir, hacer sentir mal y culpable a la otra persona, de tal forma que la víctima piensa que es su culpa o se merecía ese maltrato”.

El psicólogo explicó que la violencia en la pareja no es un tema de clase o estatus, es una cuestión de creencias y de estrategias de resolución de conflictos. “Hay una cultura y una religión que la sustentan, que cuando hay violencia y quieres dejar a la pareja te recuerdan que el matrimonio es primero o que los hijos se van a traumar.

“También hay varios síndromes, uno de los más conocidos es el de Estocolmo, en el que te identificas con tu agresor, hay una parte en el que lo admiras y quieres tenerlo contento”, explicó el especialista y muestra de ello es la relación de Mariah Carey con Tommy Mottola, que durante los cinco años que duró su matrimonio la maltrató física y emocionalmente, pero a ella le costó más trabajo alejarse de él porque tenían un trato laboral.

Solís señaló que hay varios puntos de alarma, como que la pareja revise el celular, que no permita que la pareja trabaje o no deje que salga con otras personas porque, subrayó, la violencia no inicia con el primer golpe. El caso de la cantante mexicana Tatiana lo constata. Ella se casó con Andrés Puentes a los 19 años y 11 años después huyó de su casa tras haber vivido episodios de “humillación y violencia”.

También hay factores que las hacen proclives a vivir una situación como esta, uno de ellos es haber vivido violencia en la infancia. “No hay un perfil del violentador, porque en algún punto él también fue víctima”.

El actor Johnny Depp por ejemplo, tuvo una infancia difícil a partir de que su papá fue despedido de su trabajo y su familia perdió todo, lo que lo llevó a vivir en moteles, además enfrentó el divorcio de sus padres, que lo hizo caer en las drogas y autolesionarse. El año pasado, su última esposa Amber Heard pidió el divorcio por violencia doméstica. Alexis Solís comentó que el primer paso para salir de este círculo autodestructivo es hablar con alguien que esté dispuesto a escuchar y alerta: “Es importante saber que es ilegal que nos maltraten y que no les dé pena porque a cualquiera le puede pasar esto”.

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