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Uno es psicólogo y el otro tiene una maestría en deportes, pero ambos comparten la pasión por la acrobacia como un hobby que pasó a ser su profesión. No les importó dejar su natal Polonia ni a su familia para ser exitosos porque lo lograron.

A seis años de trabajar en Las Vegas con su espectáculo Absinthe, y luego de nueve años de trabajar juntos, Michal Furmanczyk y Lukasz Szczerba visitaron la Ciudad de México para promover el turismo hacia lo que le han dedicado la mayor parte de su tiempo y su vida.

“Nosotros empezamos los deportes acrobáticos cuando éramos jóvenes, unos 20 años atrás, cuando teníamos 17 años. Después nos movimos al escenario, a los circos, a los teatros y ahora estamos en Las Vegas”, cuenta Michal.

La transición de hacer ejercicio para llevarlo al siguiente nivel pasó naturalmente porque se encontraron con un punto en la vida donde comenzaron a buscar su carrera. “No paramos de hacer nuestro hobby, lo convertimos en profesional. En realidad no es trabajo, son nuestros hobbies”, expresa emocionado Lukasz.

Lo mejor de todo, coinciden los artistas, es que al terminar de trabajar reciben el aplauso de la gente como les pasa cada noche en Absinthe, que cuenta con un toque de comedia, actos sensuales y estimula a la audiencia. Para ellos lo que lo hace único es que los asientos están muy cerca del escenario, que de por sí es pequeño, ya que mide tres metros.

“Eso lo hace muy íntimo. Las personas sienten todo lo que pasa ahí, la acción pasa justo en frente de sus ojos y hasta pueden sentir el sudor de los cuerpos; tenemos que ser perfectos cada día porque al estar tan cerca pueden percibir los errores que cometemos, por eso debemos asegurarnos de que no haya. Pasan porque son parte del entretenimiento, pero hacemos lo posible para prevenirlos y, como profesionales, lo hacemos ver como que no hubo ningún error”, argumenta Michal.

Dedicarse a la acrobacia no es tan sencillo porque el cuidado para que sus cuerpos tengan una forma física perfecta es de todos los días. Además de darle importancia a la técnica y la práctica juntos lo más que se pueda, deben mantener su nivel, comer y dormir bien para estar en condiciones óptimas y tomar terapia física para lo que implica una semana con 10 shows.

Eso no importa porque hacen su pasión, ni siquiera toman relevancia los hechos bochornosos que les han pasado sobre un escenario, como a Lukasz, que lo peor que le sucedió es que sus pantalones se rompieron dos veces. “Me puse rojo y traté de no ver a los ojos al público, cubrí mi trasero”, recuerda entre risas.

“Las Vegas tiene más de 200 shows cada noche, pueden ser musicales, de acrobacia, de magia, de comedia, de todas las opciones. El nuestro es la combinación de todos ellos y eso es el por qué la gente regresa a vernos constantemente, lo cual es bueno. Tenemos un host que es comediante y juega con la audiencia”, expresa Michal.

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