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Gustavo Santaolalla fue uno de los tantos rockeros que tuvieron que emigrar de Argentina en plena dictadura militar. El músico y productor encontró en Los Ángeles un nuevo espacio para continuar creando sin perder su identidad. Y demás de su casa, se ha convertido en un lugar clave para el desarrollo de su carrera.

“En Argentina se vivía horrible. Yo estuve preso tantas veces que no me acuerdo, nunca por más de tres días. Al principio me llevaban sin saber quién era y a partir de los 20 años tuve un éxito muy grande (con la agrupación Arco Iris) y muchas veces ya me llevaban sabiendo quién era yo”, recuerda de ese tiempo.

En esas veces que estaba detrás de las rejas le llegaron a cantar “Mañana Campestre”, uno de sus tantos éxitos con la banda de la que formaba parte con la intención de molestarlo y para que la pasara mal.

“Yo no le hacía a drogas y no tenía nada más que tener el pelo largo y tocar rock. Lo vivíamos todos sin estar en alguna actividad política o pertenecer a algún partido político. Obviamente representábamos algo que ellos odiaban porque nos consideraban tipos que violaban los estándares que ellos tenían de la familia, la sociedad y te llevaban preso o te molestaban hasta que una de dos: o te cortabas el pelo y te convertías en uno de ellos o te ibas.

“Nunca me pegaron, pero yo vi a gente que sí y obviamente tuve amigos desaparecidos como toda la gente y sí me comí todo lo que era la violencia institucionalizada por el gobierno.

“Los conciertos de rock eran lugares a los que ibas, te caía la policía y te llevaban; por eso, en 1978 me fui; ya no daba para más y vivía aterrorizado. Tuve pesadillas con la policía durante dos años ya viviendo en Los Ángeles, seguía soñando con eso”, cuenta.

En ese momento todo el ámbito cultural estaba cortado y no se podía hacer nada en un ambiente que califica como sofocante y asfixiante. Es por ello que encontró en una nueva ciudad el camino para desarrollar su ambición.

“Quería el desafío de empezar de cero en un lugar donde sentía que podía aprender porque en Argentina tenía mi nombre, chiquito o lo que fuera.

“Fíjate cómo son las cosas: se convierte en un lugar clave porque es la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo; el lugar donde pasan todas las bandas de rock, el lugar del cine. Usé el poder que tuve en EU para seguir con mi identidad haciendo lo mío y volviendo a Latinoamérica a hacer discos. Vivo allá pero usando la tecnología para hacer el disco que siempre soñé; crecí escuchando lo de Norteamérica y decía: si nuestra creatividad es tan buena o mejor que la de ellos a veces ¿por qué no pueden sonar los discos así? Eso me lo dio vivir ahí y no lo hubiera podido hacer en México ni Argentina”.

De Trump y cosas peores. Sin embargo, hoy hay personajes que deterioran el avance que han tenido los latinos dentro de Estados Unidos y uno de ellos es Donald Trump con su candidatura a la presidencia. En la opinión de Santaolalla, esa candidatura coincide con el momento general en el planeta que, a su parecer, es el peor de la historia y, al mismo tiempo, el mejor.

“Es terrible que existan personajes como Trump. Lo terrible es la sociedad y el sistema que engendró y posibilitó la existencia de un personaje así. Es siniestro pero lo que hay que cuestionar es un sistema que permite que exista un ser como él y tenga apoyo de miles de personas. A él no hay que cuestionarlo, hay que sacarlo del medio, pero hay que cuestionar cómo llega”.

Tampoco cree que Hillary Clinton (la candidata demócrata) sea muy buena opción y el argentino dice que el mejor es Bernie Sanders, pero sabe que por la forma en que está diseñado el sistema electoral jamás podría ser candidato.

“El sistema está podrido. Si no, no dejarían entrar esas figuras. Pero así emerge la nueva derecha y el nacismo en Europa, todo el problema con los refugiados o los nazis. ¿Cuál es la raíz de esos problemas? Con la caída del comunismo y el final de la Guerra Fría; el capitalismo dijo ‘ah, teníamos razón’. Y se mandaron a todo lo que ya sabemos y siguen. Mira lo que está pasando en Latinoamérica que en un momento se hicieron de la vista gorda por estar ocupados en Medio Oriente. Latinoamérica se volvió a la izquierda y ahora vuelven con todo los muchachos, tenemos a (Mauricio) Macri en Argentina, van por Evo (Morales, en Bolivia). Ve lo que pasa en Brasil. Van por todo”.

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