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Pocas son las películas que logran polarizar a la audiencia y la crítica y Hasta el hueso (To the bone) es una de ellas.

Cuando el filme estrenó en el pasado festival de Sundance el público y prensa reunidos ahí hablaban de la notable actuación de Lily Collins —como una joven de 20 años con anorexia y de padres ausentes—, pero más allá, las opiniones al trabajo escrito y dirigido por Marti Noxon se polarizaron.

Algunos decían que estaban ante una gran película, otros afirmaban que este trabajo estereotipaba uno de los trastornos que en el mundo aqueja al menos a 70 millones de personas de las cuales 90% son mujeres.

Noxon, previendo que una polémica se podía desatar, fue clara y contundente tras la presentación en Sundance: “Al hacer este trabajo quería que se hablara más de este tema; actualmente hay millones de personas que mueren por esta enfermedad en todo el mundo y quizá no es lindo lo que vemos, pero es algo real”.

La guionista de series como UnReal, al igual que millones de personas en el mundo, padeció esta enfermedad cuando era adolescente, por esa razón deseaba hablar sobre este padecimiento y no es su intención provocar con su trabajo, que llegará hoy a México de la mano de Netflix.

“Lo conozco de primera mano (el trastorno), sé por mi experiencia propia con esta enfermedad lo que es el aislamiento y la vergüenza que sienten las personas cuando están en manos de este trastorno, yo lo viví y de ahí este esfuerzo por contar esta historia de una manera responsable”, señaló Noxon durante la presentación del filme en Sundance.

Lo cierto es que aún con estas previsiones, desde que el filme fue comprado por Netflix en el festival por 8 millones de dólares ha desatado comentarios disímiles, los primeros vinieron cuando el tráiler se lanzó.

El 20 de junio pasado con sólo algunas horas de haber estrenado el adelanto de apenas dos minutos de duración en YouTube, el filme se convirtió tendencia en redes sociales.

Los usuarios de Twitter criticaban la manera en la que la película abordaba los desórdenes alimenticios, algo que se ha visto en filmes y series pero nunca se mostraba la cruda realidad.

La polémica no paró ahí, ya que días mas tarde The National Eating Disorders Association (NEDA) se unió a la críticas del adelanto y al filme asegurando que “las imágenes de alguien que está en riesgo o tiene problemas puede ser una experiencia desagradable, pueden desencadenar todo tipo de sentimientos perturbadores”.

Hasta ahora, Marti no se ha pronunciado ante estas quejas pero en su visita a Sundance señaló que para darle credibilidad a su largometrajes se unió a diversas fundaciones, organizaciones y asociaciones para tratar el tema con respeto y veracidad.

“Hablamos con otros supervivientes y trabajamos junto a Project Heal (organización que recauda dinero para ayudar a aquellas personas que no pueden costearse el tratamiento) con la esperanza de hacerla verídica”.

Las críticas no son los únicos problemas a los que Marti se ha enfrentado; por un lado la escritora señaló que al inicio no sabía de qué manera abordar un tema tan delicado y complejo como la anorexia y bulimia, y después tuvo que luchar por encontrar quién quisiera invertir en un proyecto que, muchas veces le dijeron, no era importante porque no hablaba de algo relevante.

“Los productores hombres no entendían, muchas veces dijeron que era un tema muy pequeño. Yo estaba como de: ¿Qué? La mitad de las cintas que se hacen son sobre un tipo blanco muy talentoso que entiende el jazz. Muchas películas indie que se hacen no tratan de temas que afectan a millones de personas. La bulimia y anorexia son enfermedades que matan a millones en el mundo y tenemos que hacer algo al respecto”, añadió.

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