“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”.

Esta frase de  El Principito parece regir también el destino de la película que, a partir del relato de Antoine Saint Exupery, dirigió Marck Osborne hace ya dos años, que se presentó en el Festival de Cannes 2015 y se ha estrenado en casi todo el mundo, excepto en Estados Unidos.

80 millones de dólares ha hecho en taquillas de los 70 países donde se ha estrenado y parecía que la “línea recta” de su distribución la llevarían a estrenarse en Estados Unidos.

De hecho, después de Cannes parecía ese su primer mercado natural ya que está hablada en inglés y cuenta con voces de actores hollywoodenses como Jeff Bridges, James Franco y Rachel McAdams.

Pero luego de su periplo mundial, The Weinstein Company no contempló su lanzamiento en EU. Entonces Paramount la calendarizó para estrenarla en marzo de este año. El lanzamiento del tráiler en Estados Unidos alcanzó muy pronto las tres millones de vistas en YouTube.

Sin embargo, la semana pasada  Paramount canceló el estreno (previsto para ayer) y entonces Netflix salió al rescate.  Enterteinment Weekly publicó ayer que la plataforma de streaming compró los derechos para “finalmente llevar a las audiencias de EU esta película animada”.

El Principito se ostenta como la película animada de mayor recaudación en Francia (país que la produce junto con Canadá) y además ganó el premio César el año pasado.

La compra de Netflix, sin embargo, no significa que la película se vaya a estrenar en cines.

Los voceros de la plataforma todavía no han informado si tienen el plan de llevar la distribución  por el medio tradicional o si la pondrán como oferta en su plataforma de streaming.

Como sea, el filme ha terminado por demostrar que El Principito tenía razón: “Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”.

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