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Hace una semana Mark Wahlberg aseguraba que cualquier actor se debería preocupar más por conseguir mejores papeles y hacer que existan mejores películas, en lugar de querer más reconocimientos. Todo esto a raíz de la muy publicitada pelea de Will Smith contra la Academia de Ciencias Cinematográficas; el actor le pide más inclusión de actores negros en las nominaciones al Oscar.

Premiaciones a parte, lo cierto es que en los últimos cinco años sólo un par de actores ha logrado destacar y aparecer en los listados de los mejores pagados, los más rentables y los que recaudan más con sus filmes.

Smith, por ejemplo, mantiene esta postura de mayor inclusión, cuando es uno de los pocos actores que año con año es de los mejores pagados de la industria al recibir entre 20 y 30 millones de dólares por sus filmes, que además en los últimos años no han registrado los mejores ingresos.

Junto al ex Príncipe del rap sólo un par de actores negros ha conseguido mantenerse en el gusto del público, entre ellos Samuel L. Jackson, Denzel Washington y Morgan Freeman, quienes además de tener más de 60 cintas cada uno han logrado captar a las jóvenes audiencias.

Caso distinto es la ganadora del Oscar Halle Berry, quien tras su triunfo en 2002 como Mejor Actriz por Monster’s Ball, sólo ha logrado tener un filme con éxito taquillero (su personaje de Storm en la saga X-Men) pero los reconocimientos filmicos no han vuelto.

Como Berry otros histriones ganadores del Oscar como Forest Whitaker, Don Cheadle y Jamie Foxx no han logrado sumar éxitos taquilleros después de recibir su estatuilla dorada, a pesar de que los dos últimos mencionados participaron en dos de las más esperadas de 2015, Iron Man y El sorprendente Hombre Araña 2.

Por su parte actores como Wesley Snipes, Martin Lawrence, Danny Glover o Eddie Murphy, quienes fueron un referente de las películas de acción de los 90 en la actualidad no se encuentran tan activos.

Celebridades como Murphy han buscado reactivar su carrera al pasar de ser el actor mejor pagado en 2012 (generaba 2.30 dólares por cada dólar que le pagaban) a tener fracasos consecutivos como Meet Dave, A Thousand Words o Imagine That. Incluso el que se consideraba su regreso a la comedia, Tower Heis, fue un descalabro.

Las excepciones. No todos los casos de actores afroamericanos son malos, hay casos como el de Chiwetel Ejiofor, quien tras ser nominado en 2014 por su participación en 12 años de esclavitud ha continuado con paso firme en la meca del cine. Ejiofor llevaba 18 años e actor antes de ser nominado por su personaje de Solomon Northup en la cinta de Steve McQueen. Había trabajado a las órdenes de cineastas como Woody Allen (Melinda y melinda) y Alfonso Cuarón (Children of men).

Pero fue tras el éxito que tuvo el filme sobre la segregación racial que el actor inglés tomó popularidad y participó este año en The Secret in Their Eyes y The Martian, de Ridley Scott.

La cinta protagonizada por Matt Damond y en la que Chiwetel da vida a un experto de la NASA consiguió ser una de las 10 más taquilleras del año al recaudar 596 millones de dólares, y conseguir siete nominaciones al Oscar.

Otros que no han tenido la experiencia de Ejiofor pero que se perfilan para ser las nuevas caras de Hollywood son John Boyega y Michael B. Jordan.

B. Jordan tuvo un pequeño revés al dar vida a Antorcha Humana en el reboot de Los Cuatro Fantásticos pero se reivindicó al protagonizar Creed, cinta que costó 35 millones de dólares y recuadó 108 sólo en EU. El británico Boyega se convirtió en un personaje conocido de 2015 al ser el protagonista del filme más exitoso de este año Star Wars: El despertar de la fuerza.

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